Número 55

20 Los megaproyectos nos invaden, son de índole turística, extractivos, son minas que trabajan a tajo abierto, son exploraciones petroleras… todo esto causa un enorme desplazamiento humano y una expropiación del territorio mexicano, es decir, estamos frente a una guerra que el ene- migo va ganando, porque llegan y convencen a la gente; alguna vez platicando con Warman, me decía: “lo que ustedes llaman propiedad social no existe, lo que llaman comunidad no es propiedad social”; por ejemplo, en el estado de Morelos los ejidatarios y los comuneros son semiproletarios vergonzantes, lo que hacen es obedecer al pa- trón, en este caso al Estado, pues es quien da la orden de qué, cuándo y cómo producir, y enton- ces el resultado es que no hay independencia, los ejidos y comunidades son aparatos del Estado, y para que esto no siga así es necesario cambiar la constitución y que el campesino tenga domi- nio pleno de sus parcelas, que sean propietarios e independientes; pero el momento actual es que ya no son esclavos del Estado y sí lo son de las transnacionales capitalistas, de modo que el pro- blema es quién tiene el poder. En el contexto actual donde la gente es despla- zada, pero también es combatiente, ejercitando un rosario de resistencias, es que nos encontra- mos en una lucha desigual, y en dichos procesos la participación del INAH está colapsada. Yo en ocasiones pregunto por el cadáver del INAH, tam- bién por el del INBA, el del PRD, pero realmente hay un colapso, y si un día se pierde la cultura en México, la cuestión es si desde el INAH se crea una movilización ascendente de masas; ante ello, cuando uno plantea lo que pasaba en el 33, en que había huelgas constantes, pues fue porque la fuer- za de una revolución se transmite en la posibilidad del avance de los sectores populares, en la posibi- lidad de contar con una institucionalidad acorde a sus intereses, aunque fuera parcialmente. Incluso aunque nos parezca hoy ya sin impor- tancia el que exista el Seguro Social, la CONASU- PO, el ISSSTE, para muchos latinoamericanos eso explicaba casi el socialismo, y decían que en Mé- xico había una transición en la época de Calles y Obregón, y hay que recordar que Obregón hizo una reforma agraria muy importante en el esta- do de Morelos, por evidentes razones la cuna del zapatismo, pero cuando Francisco Mújica quiso hacer una reforma similar en Michoacán lo man- daron asesinar, pero lo subieron al tren y Obregón ya había mandado coronas a su memoria, entonces este general manda una carta dirigida al entonces presidente, una carta que dice: “Señor Obregón, estas son todas sus víctimas, es usted un asesino”, tanto así que la carta parecía directorio telefóni- co; pero resulta que esa carta nunca habla de los crímenes contra obreros, campesinos e indígenas, pero sí incluyó, por ejemplo, por ahí en Topilejo, el asesinato de unos estudiantes, que eran clase acomodada, pero los otros nunca se mencionan… precisamente porque nosotros tenemos el proble- ma de que estudiamos a gente invisible. Mi papá decía: “Este país es una porquería total, salvajes”… estaba furioso porque yo estu- ve el 2 de octubre del 68 y él creía que me iban a matar, comentaba que en este país salvaje se mata con toda tranquilidad, aquí nadie muere de muerte natural, ve el caso de Francia: ahí hubo un movimiento estudiantil y no mataron a na- die, es un país civilizado, decía. Pero le respondí que él ignoraba una cosa: el 17 de octubre del 61 hubo una matanza en París que fue casi como Tlatelolco, pero fue de tunecinos, argelinos, ma- rroquíes, es decir, gente invisible, gente inferior. De manera que esas razas inferiores son las que estudiamos y es una gran ventaja; por ejem- plo, a Jorge Castañeda, una vez le pregunté ¿te gusta el zacahuil? me respondió que si eso era una tribu africana, porque esos compañeros de ciencias políticas nunca han visto un indio: ¡si cuando ven a un antropólogo les da miedo por- que somos un poco excéntricos!; Castañeda no sabe lo que es un zacahuil, ni lo que es la danza de moros y cristianos, no sabe nada, él que quiso ser candidato a la presidencia. Cuando el INAH se estructura fue en un con- texto de ascenso, donde hay una gran movilidad social, entonces la izquierda tiene mucha in- fluencia de un tipo de Georgia: con él se creó mucho el culto a la personalidad, para la izquier- da mexicana Obregón y Calles eran unos asque-

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