Número 55

12 precursores del estudio de este gran proceso que ahora nos ocupa. Este libro da comienzo con el siguiente enunciado que evoca una situación in- édita y dramática: “La civilización del siglo XIX se ha derrumbado. Este libro trata de los orígenes po- líticos y económicos de este suceso así como de la gran transformación que ha provocado” 11 . Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría, los traducto- res de esta edición de 1989 que estamos consultando, la presentaron en el Congreso de Sociología celebrado en Inglaterra en 1946, donde Polany sintetizó las lí- neas de pensamiento que rigieron su obra: 1. El determinismo económico es primordial- mente un fenómeno del siglo XIX que en la actualidad ha cesado de ser operativo en la mayor parte del mundo; únicamente funcionó en un sistema de mercado que está a punto de desaparecer rápidamente de Europa. 2. El sistema de mercado ha deformado unila- teralmente nuestra visión del hombre y de la sociedad. 3. Esas percepciones deformadas constituyen hoy uno de los principales obstáculos que nos impiden resolver los problemas de nues- tra civilización 12 . Una aportación notable de La gran transfor- mación es que revisa las formas de circulación económica en las sociedades precapitalistas en las que encuentra “economías incrustadas” en relaciones sociales de orden extraeconómico. Para este análisis se basó en obras etnográficas y especialmente en los postulados de Malinows- ki, 13 de quien toma los conceptos de intercam- bio, reciprocidad y redistribución. “El lugar de la pequeña economía familiar es poco más que un punto de intersección entre líneas de activi- dades llevadas a cabo por grupos de parentesco más amplios en diversas localidades”. 14 Para Polany el sistema de mercados es ‘auto- rregulador’; es la economía capitalista la que go- 11 Polany, Karl, 1989, Cap. I, “La Paz de los cien años”, p. 25 12 Varela y Álvarez-Uría, 1989, p. 18 13 Vid. Polany, Op. cit , Cap. 4, “Sociedades y sistemas económicos”, pp. 83-101 14 Polany, Loc. Cit. p. 117, donde se encuentran los comentarios referi- dos a la obra de Malinowski. bierna al mundo y la que ha producido la gran transformación. Nos informa: “Estas someras in- dicaciones deberían bastar para mostrar la naturale- za absolutamente inédita de esta aventura en la historia de la raza humana”. Son varios los auto- res que reconocen en el portentoso tratado de Po- lany el primer estudio relativo a la modernidad y el cambio hacia la postmodernidad sin que él, por su formación y por su época, hubiese utilizado di- chos términos. Pareciera que los investigadores de la sociedad, historiadores y filósofos que sufrieron las primera y segunda guerra mundiales resultaron ser quienes, en la locura desatada a causa de los na- cionalismos crecientes y las amenazas de guerras atómicas, empiezan a explicar los mecanismos so- ciales que dan paso al poder concentrado de las na- ciones y a conocer y explicar las lógicas del capital y de las economías de guerra 15 . Otro de ellos es Arnold J.Toynbee, quien en su magna obra A Study of History (publicada en 12 tomos entre los años de 1933 y 1961) negó el determinismo en la evolución de las civilizacio- nes. Toynbee adopta el término de postmoderni- dad en posteriores ediciones de esa misma obra, cuando se refiere a cuatro eras distintas en la his- toria de Occidente: La Edad Oscura (675-1075), la Edad Media (1075-1475), la Edad Moderna (1500-1900), y la Postmoderna (1900-al presen- te), donde desaparecen la estabilidad social, el ra- cionalismo, el progreso y la clase media burguesa. En tanto, características de la Edad Post-Moderna son la ruptura con la etapa moderna, las guerras, la turbulencia social, la revolución, la anarquía, el relativismo y, en general, el colapso del raciona- lismo y del éthos de la Ilustración. Sostiene ade- más que lo post-moderno es un concepto negativo equivalente a regresión deplorable, pérdida de va- lores tradicionales, de certezas y estabilidades 16 . Finalmente Lyotard, quien también ha presa- giado la dinámica neoliberal que apunta a la re- ducción progresiva del papel del Estado, al tiem- po que convierte la transparencia en un principio de evaluación de procesos sociales, económicos y políticos cada vez más modelados después de la 15 Quevedo, A. Op. cit. pp. 21-22 16 Varela y Álvarez-Uría, 1989, p. 18

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