Número 53

12 El problema es mucho más grave: se trata de que hacemos esfuerzos para que aquello que me ha sido impuesto, que he heredado, que me ha sido revelado, o que he elegido, sea válido para todos. Incluso para aquellos a quienes perjudica. Y vemos a la clase dominante convenciendo de que debe dar vergüenza ser pobre, o trabajar para vivir, y entonces, la mejor estrategia es “jugarle al rico y al emprendedor”; se trata de convencer a la clase media de que las políticas neoliberales, si bien sólo hacen más ricos a algunos cuantos, ellos han sido ungidos como esos cuantos, y con un poco de trabajo duro y buena voluntad, haciéndo- se cargo de su parte cada cual, jamás “seremos Ve- nezuela” (poco importa quién sea la tal Venezuela y qué le haya pasado, o dónde está). Lo que es irrisorio y un tanto enojoso, es cuan- do esos mismos ricos y ungidos tratan de con- vencer a los pobres, nada menos… ¡de que no lo son!, y de que no les conviene votar por políticas que busquen disminuir la desigualdad, porque en ese caso, los ricos y los ungidos serían pobres, y esa tragedia por alguna razón no le conviene a los pobres. O algo así implican. Y vemos a los comunistas, o socialistas, o po- pulistas, o no sé cómo, tratando de dialogar con los ricos sobre sus privilegios, y argumentando en qué sentido el bien común, o la razón, tie- nen que ser retomados, y de repente, con algo de suerte, nos vemos envueltos en alguna de esas discusiones entre medievales y modernas. Tampoco importa que no acabemos de en- tender los conceptos, lo importante es usar pa- labras grandes, porque en estas elecciones a los ciudadanos “nos toca” jugarle a los inteligentes. Muchas publicidades y ataques apelan a la inte- ligencia, sin importar que no podamos definirla. Volvemos a intentar imponer los universales, las verdades definitivas, absolutas y ubicuas, desde una pretendida razón a-histórica y a-cultural. Hace ya varias décadas, Richard Dawkins pro- nosticaba que la información cultural operaba como la información genética; que es transmitida en fragmentos breves y “pegajosos”, que no ne- cesariamente tiene que ser “los mejores”, o “los más adaptados”, sólo tienen que ser una estrategia evolutivamente estable, y eso implica poner toda la atención en su fácil replicación. Él se aventuró a nombrar en el último capítulo de su libro “El gen egoísta”, a esos fragmentos breves de información cultural como “memes”, nombre que con la me- diatización de la cultura, se ha potencializado. En ese sentido, estamos a un clic de la generación y replicación de memes, de ideas-mundo. Parece que el mundo social es lamarckiano . Es decir, no contentos con asumir posturas de las que no queremos –ni podemos, en muchos casos– hacernos cargo, buscamos convencer e imponerlas a los demás. Parece que para ejercer nuestra libertad y elegir, necesitamos porra. Y no es sólo que vayamos tocando puertas para convencer a los demás, sino que nuestra cultura valida la violencia intelectual, primero, asumien- do que la deficiencia intelectual es algo malo, ele- gido y vergonzoso. Luego, diciendo que si los de- más no piensan como yo, si no interpretan como yo, si no tienen las mismas ideas, o la misma clase, la misma condición económica, entonces son ton- tos, carecen de cerebro, son un peligro para noso- tros (quién sabe a quién incluimos en el nosotros ). Y es que nos tomamos como centro y medida del mundo , y ¡muerte a quien no piense como yo! El futuro está llegando y vamos a reemplazarles Así están las cosas para la presidencia de nuestro país y para muchos otros cargos, pero no para todos. Los jóvenes de Wikipolítica 2 han sabido ir abriéndose paso en este mundo de descalifica- ciones, de campañas carísimas y de firmas falsas. Desde el cariño, desde las calles, desde la po- lítica que así merece llamarse en sentido griego 3 , han salido a vincularse con las otras personas, han conseguido sus firmas reales apropiándo- se de los espacios públicos con propuestas, con atención, con cuidado. Tenemos el doloroso ejemplo que la candidatu- ra de Marichuy reveló al país. Un país tan desigual, 2 Organización política sin filiaciones partidistas. Experimentan con una nueva forma de hacer política a través de la colectividad y la tecnología para bajar los costos de la participación en los asuntos de la vida en común y me- jorar la calidad de la democracia en México. Ver: http://wikipolitica.mx/ 3 La creación colectiva de nuestro “habitar juntos”, las vinculaciones so- ciales para hacerse cargo de lo compartido, lo público.

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