Número 51

38 La partida vespertina de dominó en el “Bibi” (foto: P. Hersch) El “Madrid” en la sala de máquinas del Bibi. (Foto: P. Hersch) Un carguero también puede constituir lite- ralmente un buen mirador desde donde otear al propio país. Así, por ejemplo, desde el puente de aquel “Bibi” proveniente de Barcelona, era po- sible ver con binoculares el Pico de Orizaba en medio del mar emergiendo como una isla, mu- chas horas antes de avistar la costa. Una mera confirmación de la redondez del planeta. Veinte años después En otro carguero, un buque portacontenedores que saliendo de El Havre pasaba por Boston, Charleston y Miami antes de llegar a Veracruz, los contrastes surgen luego a propósito de la es- tiba mecanizada. Entonces, en junio de 1994, el país de arribo se anuncia de manera inesperada desde el inicio mismo de ese cruce en el Atlántico: a pocas ho- ras de dejar la costa francesa, aparece en el ho-

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=