Número 51

25 presente, que el país que recibió a los exiliados, pudo implicar una sociedad abierta o cerrada, con mayores o menores posibilidades de ofertar ayudas asistenciales y trabajo, fuera de poseer con distintos grados de impacto, distintas ideo- logías integracionistas o xenófobas. La malla de vínculos sociales que los exiliados fueron tejiendo, no sin tensiones, ha tenido como era muy limitada, por razones de tiempo, dinero y contactos.” (Rebolledo, 2006: 50). particularidad un tenor transfronterizo. Insistimos en el uso de este término a contracorriente del canonizado transnacional, considerando que mu- chos de nuestros países al momento de los exilios estudiados, distaban de haber concluido sus res- pectivos procesos de conformación de naciones. En los casos en que el exilio poseyese un perfil de diáspora, su radio y sus redes cobrarían visibilidad en la medida en que se fuese reconociendo e in- dagando otras fuentes, tantas como los lugares y

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