Número 51

21 E l epígrafe de José Martí condensa tres sentidos que configuran el exilio de las izquierdas: desear y luchar por una patria nueva, deseable, justa, es motivo de que el poder te eche fuera del terruño primordial; que la solidaridad del país receptor se te niega o brinda a cuentagotas y te deprime, que tu guía de vida exiliar es el retorno a la patria. Sin embargo, el des- tierro, se hace comprensible de cara a las otras dos opciones: la cárcel y la muerte. Se ha atribuido a diferentes autores del continente la autoría de la trilogía represiva del encierro, destierro, entierro. Frente a estas tres figuras pareciera que la del exilio sigue siendo la más controvertida. En lo gene- ral, el exilio ha generado un campo semántico que aproxima varias palabras o conceptos, sin haber logrado un consen- so académico acerca del mismo. Términos como destierro, expatriado, éxodo, transtierro, asilo, refugiado, diáspora, se entrelazan con el del exilio. A lo anterior se suma, los puntos de intersección que en la vida real y en las representaciones guarda el exilio con la migración. Dilucidar este asunto sigue en la agenda de los estudiosos del fenómeno, pero también sigue siendo objeto de las cavilaciones de los funcionarios públicos que se desempeñan en las áreas de control migrato- rio, relaciones exteriores y seguridad nacional.

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