Número 50
71 prácticas terapéuticas de bien común en correspondencia con los valores éticos comunitarios. En consecuencia, es imperativo que no se ejerza la persecución o estigmatización sobre sanadores(as), parteras, yerberos, sobadores; botánicos del pueblo y otros terapeutas; por el contrario, que este conocimiento sea con- siderado de manera permanente parte del patrimonio cultural. El acercamiento entre el tratamiento por plantas medicinales y la llamada medicina académica constituye uno de los mayores desafíos, tanto para las comunidades como para la visión ortodoxa occidental. Sin embargo, se vislumbran cambios de actitud y práctica de ciertos profesionales de la medicina que son cada vez más abiertos a la medicina alternativa; sin embargo, me refiero a aquellos que tienen bien claro un compromiso ético serio con la liberación de nuestros pueblos. El décimo tercer desafío es la reflexion teórica y crítica, histórica y fi - losó fica, cultural y científica sobre la salud y enfermedad con un enfoque de totalidad social dinámica donde los individuos, familias y comunidades están enfermos o sanos no sólo bajo una concepción abstracta y universal de le enfermedad, sino que su estado y proceso mórbido es resultante del contexto social, político y económico donde se vive, la clase social, la in- justicia ambiental, la negación de los derechos humanos al considerar la salud y la atención médica como una mercancía. Este desafío nos demanda la necesidad de plantearnos las discusiones colectivas, la participación y movilización social para lograr la transformación de la realidad que estran- gula las esperanzas y secuestra los sueños de libertad en el planeta tierra. El décimo cuarto desafío es el ético y espiritual, negado por la globali- zacion neoliberal. La espirtualidad se manifiesta en el ideal de vivir en comunidad y her - mandad entre los sujetos humanos y todos los demás seres vivientes. Es el sentido de amor y respeto a la vida planetaria. En consecuencia, el uso de las plantas medicinales no debe estar basado en un fin utilitario, sino en una ética de liberación articulada con la vida, el respeto al género, a los derechos humanos y a la dignidad de nuestros pueblos. 3 3 Ponencia presentada en Mali, África, en la Conferencia Mundial sobre Soberanía Alimentaria en febrero de 2007.
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