Número 47

91 más difíciles, escribe el Padre Galván, en la Tarahumara, es la conver- sión de los gentiles. Su número haciende aproximadamente a un millar y están repartidos en seis pueblos o rancherías: Iquírare , Coechi , Tóna- chi , Barranca de Sinforosa, Raramuchi y Agüergo . La principal razón que tienen para no bautizarse se funda en una tonta superstición, pues se consideran las columnas que sostienen el firmamento. La primera vez que tuve que habérmelas con un gentil, me di cuentas de que también influye mucho en ellos el respeto humano, pues a las razo - nes que yo le daba, contestaba una y otra vez: ¿Y qué dirán los demás?. [1937] Por lo tanto, se aumentará el territorio de la Misión por el sur hasta los límites de Durango […] En el Dto. Mina, donde está Guada- lupe y Calvo, se afirma que hay ocho mil o diez mil gentiles todavía. En 1942 se fundó el tehuacado de Chinatú , en la jurisdicción de Gua- dalupe y Calvo. El 31 de octubre de 1939, llegó el Padre Edmundo Galván a Guadalupe y Calvo: […] comencé mis excursiones que apenas las he interrumpido: tres de ellas dediqué a recorrer la parte habitada por los gentiles, es decir, en los barrancos vecinos de Río Verde. La primera de estas correrías la dediqué a conocer la tierra y los habitantes de ella; entonces encomen- dé a una buena familia de blancos, que reunieran a los tarahumares de Tuaripa para mi segunda excursión, lo que cumplieron a maravilla, y por eso pude bautizar entonces, 39 gentiles. Hacía 20 años que no había podido llegar allá ningún sacerdote. En mi primera excursión al territorio de los gentiles, recomendé a un cacique que me reuniera a los tarahumares de Pino Gordo, pero no hizo caso de mi encargo. Acabo de hacer la tercera excursión al territorio de los gentiles, y con la ayuda de un hombre de raza blanca conseguí bautizar 125, en los pueblos de Chinatú y Huasachiqui . Al primero de esos pueblos ha- cia 17 años que no había podido ir ningún sacerdote; en el segundo no había memoria de que hubiera llegado alguno. A pesar de los gastos extraordinarios que se hicieron para que los gen- tiles de Pino Gordo se bautizaran, no se pudo conseguir nada. El P. Arellano desde que llegó a Guadalupe y Calvo no dejó nunca de visitar la región de los tarahumares, y así se dio cuenta de que en Pino Gordo era imposible establecer un centro tarahumar, por falta de agua potable; pero al querer elegir Huasachique se percató de que ahí las dificultades eran mayores, y una de ellas era la falta de buena voluntad entre los vecinos […] por fin, en mayo de 1943, el visitar de nuevo la jurisdicción de Guadalupe y Calvo el P. Martínez, quiso que se estableciera en Chinatú una Residencia y un internado de niños tarahumares, como se ha llevado ya a efecto.

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