Número 47

57 pinos, por eso los rarámuri de Gomárachi no querían la presa y yo tenía que apoyarlos porque por eso me pusieron aquí para que apoye a la comunidad. Por eso los mestizos se empezaron a enojar con los rarámuri y los veían en la calle y les decían que por qué no querían la presa, por qué no dejaban hacerla. Conmigo también se enojaban y me decían en la calle que era mejor para todos esa presa, que le dijera a mi gente [las y los rarámuri ] que la dejaran hacer, hasta a veces me amenazaban diciéndome que me quitaban de gobernadora. Algunos rarámuri también decían que estaba bien lo de la presa pero no era gente de allá, de esas rancherías dónde se iba a hacer, decían que estaba bien que hubiera trabajo para construir la presa. Los de CONAGUA también decían que esa presa era para todos pero no es cierto porque otros rarámuri viven en otras rancherías más retiradas, más altas y allá no iba a llegar el agua. Luego decían que iban a poner bomba, manguera y tubo para que sí quisiéramos pero decíamos que no nos gusta tomar agua de tubería. Decían que el agua también iba a servir para regar las tierras dos veces al año pero allí la gente decía que no se puede sembrar dos veces porque aquí hace mucho frío, nomás una vez al año se puede sembrar porque en el invierno caen las heladas y se mueren las plantas; los rarámuri sabemos vivir, conoce- mos el bosque y cómo vivir con él. 13 También se ha conseguido el testimonio de personas del pueblo cabecera Nolo´orachi , quienes se denominan a sí mismos como mestizos o como “gen- tes de razón”. Su opinión respecto a la construcción de la presa cuanta con algunas variaciones importantes, sin embargo, la que tiene mayor presencia deja ver el interés en el asunto pues calculaban que con la implementación del mismo se podría sembrar con anticipación a la temporada de lluvias y permitiría en mayor medida el abasto de agua potable para uso doméstico. Ellos argumentaban que la mayor parte de la “gente de razón” y los taru- mares del pueblo querían la presa pero que había unos tarumares , no todos sino los de las rancherías dónde se anegarían, en Gomárachi , decían que no la querían porque se podría reventar la represa y se los llevaría el agua con su caudal. Ante este argumento de oposición, se dice que no tienen razón los que se resisten, que la presa se iba a construir muy sólida de manera que el agua no pudiera derrumbarla, así como hay tantas presas por Aldama, Ca- margo y en otros lugares con ríos de mayor caudal. Y afirman: lo que pasa es que no saben, no conocen las presas y tienen miedo que se les venga el agua encima, ya ve cómo es esa gente, no conocen y no les gusta progresar (sic). Varios mestizos comentan que para ellos es una buena oportunidad para tener trabajo temporal en la construcción de la presa y para poder tener agua a futuro, con lo cual se conseguiría producir en las tierras de cultivo, se podrán hacer dos períodos de siembra al año y de lo que se coseche se puede obtener dinero al ven- der los productos. Señalan que en el pueblo hay pocos empleos y que la presa po- dría ayudar a ofrecerlos o brindar posibilidades para la producción. Ellos mismos señalan que solamente los indios que viven en las rancherías de allí cerca donde se piensa construir la presa no quieren, pero que el resto de los tarahumares de otras rancherías lo ven hasta de buena manera porque les permitirá tener trabajo. 13 Diario de campo, Rafael Ortega (2013).

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