Número 47
30 Lo justo en ese momento fue reponer con trabajo las gallinas de las mujeres que habían presentado la queja. Mientras se llegaba a los acuerdos el mayori 28 o mayor, permaneció en todo momento al lado de estos, les defendió y habló a su favor. Las caras de los hombres adultos se veían for- zadas por la risa que no debían mostrar pues se estaba tratando un asunto serio, educativo, conscientes estaban de la escasa edad y experiencia de las y los responsables, que aun así, debían saber que habían hecho daño. Las mujeres tenían la ventaja del chiniki 29 tras del cual podían ocultar su risa cuando el o’oneami u owirúame 30 preguntó a los pequeños si habían estado sabrosas las gallinas y uno de ellos, respondió: “Estaban medio duras pero sí, sí estuvieron muy sabrosas, aunque tuvimos que comerlas sin chile”. Los 3 jóvenes intentaron cargar ellos con toda la responsabilidad de lo sucedido con las aves, pero la opinión con mayor sustento al momento de cerrar la deliberación en Nachakachi se pronunció porque todos los niños involucrados, junto con los jovencitos, deberían aprender que no se puede actuar sin consideración y respeto a los demás 31 hasta los animalitos del monte, si se les va a comer, son sujetos al kórima por medio de la petición a “Quien Arriba Vive” y así poder sacrificarlos y alimentarse de ellos. Es una norma transversal que implica a muchos de los campos del ser rarámuri en relación con su entorno, así lo dijeron los anayáwari desde cuando iye - ono les encargó a ellos el mundo. Así lo repitieron las autoridades a los peque- ños. Según relatan, el acuerdo al que se llegó y fue enunciado en el aka- rema ante las mujeres afectadas por el hurto de los animales: tres días los pequeños irían temprano a barrer los patios de las casas, mover el corral de las chivas, acarrear leña y agua suficiente para la casa de cada una de ellas. El “buen ser” rarámuri se aprende a lo largo de la vida, entre la fa- milia y con los vecinos; en una celebración o el trabajo colectivo, como lo platicó el chérame 32 Julián Kuchápare 33 un mes de julio. Era época de siembra allá en el barranco de Batopilas, 34 las tierras arenosas y las altas temperaturas retienen durante poco tiempo la humedad, razón por la cual hay que sembrar rápido y se permita al maíz germinar y aumenten las posibilidades de cosecha en esas tierras de temporal. A Julián le habían prestado una yunta de bueyes para hacer más fácil y rápida la apertura de la tierra que recibiría la semilla. Mientras platicaba sobre lo inminente de las siembras comentó consternado: 28 Mayori , mayora , mayor es uno de los cargos fundamentales en el Sistema Político de Gobierno rarámuri que se dedica a instruir en la cultura a niñas y niños. En algunos pueblos se habla sobre este cargo como un don, es para siempre y lo cumple el hombre o la mujer una temporada de su vida en solitario y cuando contrae matrimonio, el cargo se comparte con su pareja. Otros pueblos hablan de que se cambia el mayori ya cuando no puede con todas las ac- tividades como educador pero conserva su estatus como consejero del nuevo o nueva mayori . 29 Chal o reboso. 30 Terapeuta rarámuri . El título viene de owama , curar, más el sufijo rúame , refiriéndose a quién realiza la acción; otras palabras con significado parecido o similar son óinama , oima , onama . En algunos otros pueblos rarámuri reciben el nombre de Onéami . 31 En una muestra de la filosofía que se encuentra detrás del debido proceso para el aprovechamiento de algún bien material, en la cultura rarámuri se recurre a la petición por me- dio del ritual propiciatorio o al método consensual ante las ikúsiami competentes del pueblo; dependiendo de la forma que siga la solicitud, y la intención que la revista, se determinará el derecho de aprovechamiento. Para un desarrollo más extenso remítase a Villanueva (2008). 32 Anciano. 33 Kuchápare es el apellido de Julián, Es frecuente que los rarámuri tengan uno de sus apellidos con el nombre del lugar de donde son originarios, como es el caso. 34 Batopilas, río encajonado.
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