Número 47

cularmente en la figura protagónica de Andrés Manuel López Obrador, se encuentra hoy muy lejano del referente que corresponde al EZLN y sus bases de apoyo, quienes han propuesto al Congreso Nacional Indígena la postulación presiden- cial de una candidata indígena. Son profundas las diferencias entre esas dos agrupaciones, las cuales tienen en común, sin embargo, como otros procesos, en el discurso o en la prác- tica, una gran responsabilidad en este momento histórico de México. Para algunos compatriotas de buena fe, MORENA representa una alternativa real. Su candidato pre- sidencial anteriormente ha gana- do elecciones presidenciales y el triunfo le ha sido arrebatado a los electores mediante trampas y frau- des de muy diversa índole, y con el beneplácito de los sectores econó- micos acomodados en el poder y el de sus respectivos partidos políticos. En el sur y con eco importante en otras regiones del país y del mundo, la propuesta del EZLN y el CNI nos plantea una posibilidad que sintetiza las exigencias fundamentales ante el régimen de explotación, la opresión del racismo y la exclusión de género, tan persistentes como insostenibles. Así, entran en foco la legitimidad del voto, vulnerado siempre, de mi- llones de mexicanos, y al mismo tiempo, su absoluta insuficiencia como síntesis de participación política, pues al final, aun en la remota posibili- dad necesaria de que se le respete como tal, la figura misma del “votan- te”, en su protagonismo, caricaturiza y subvierte la participación política, reduciéndola hasta anularla; entra también en foco la crítica situación del país, puesto de rodillas por los políticos de profesión y por quienes los toleramos, y, al mismo tiempo, la constante emergencia de diversos sectores de población agraviados e insumisos; entra en foco la ominosa agresión sostenida de Trump contra México, secundado por un sector importante de la sociedad conservadora de su país, y al mismo tiempo, lo que ese personaje delirante ha puesto de relieve aunque fuese ya notorio: la sumisión y cobardía de la clase política mexicana. Visto el célebre muro desde México, pensamos que el quid del asunto no es su construcción o su existencia, y quién lo va a pagar, sino cuáles han sido las políticas públicas y económicas que han generado el f lujo de tantos millones de mexicanos hacia Estados Unidos . Opi- nar sobre el execrable muro se vuelve un ejercicio común; sin embargo, carecemos de la toma de consciencia respecto a cuáles son las condiciones que han llevado a las y los trabajadores del campo y la ciudad a jugarse 3

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