Número 47
29 situación de sujeción a nuevas responsabilidades y compromisos en tanto lo indicado en el acuerdo que los implique. Este es un ejercicio constante, es decir sistémico y sistemático: caminar derecho, estar alegres, danzar para mantener el orden del cosmos y por lo tanto la pervivencia del uni- verso, son expresiones que condensan la relación dialéctica entre la forma de la norma y el contenido de la misma. Como ya se ha indicado, entre los rarámuri “lo justo” se aprende desde los primeros años de infancia. Para ilustrarlo a continuación se presenta un hecho sucedido en el pueblo de Nachákachi 25 en donde se mandó lla- mar en domingo al patio de la capilla a 10 personas, de las cuales eran 2 niñas de 9 y 10 años; 5 niños más de los cuales el de menor edad rondaría los 5, tal vez 6 años, 2 más de 8 años y los otros 2 de 12 y 13 años; más 3 jóvenes entre los 15 y 17 años. El akarema se realizó para todos pero separados en dos grupos: Los jovencitos de un lado del círculo y los otros 7 más pequeños, juntos. Los hechos a juzgar ocurrieron días antes, durante una mañana en que el grupo de niños ya iban de camino al monte con sus hatos de chi- vas. Los más pequeños jugaban a hacer saltar las piedras sobre el agua de un arroyo cercano. Una de esas piedras reboto con gran fuerza que cruzó el arroyo y golpeo a una gallina en la cabeza matándola. Los niños no se dieron cuenta inmediatamente de la gallina muerta pues estaban más entretenidos enseñando a los más pequeños a “brincar” las piedras sobre el agua, mientras la gallina se levantó tambaleándose de un lado a otro, caminó y caminó como si estuviera rikuri 26 lo cual provocó grandes carcajadas en todos, luego cayó y no se levantó más. El más grandecito se acercó a revisarla y se dio cuenta que estaba bien muerta, miraron al- rededor y había otras dos gallinas tiradas, las demás huían despavoridas lejos de donde estaba el grupo de chiquillos. Como se les hacía tarde para llevar a las chivas a comer, cargaron con las 3 gallinas muertas al monte. Mientras cuidaban chivas uno de los niños prendió lumbre para cocerlas, pero no tenían ni olla, ni siquiera un sartén y no sabían cómo cocerlas. Fue entonces cuando aparecieron los 3 jóvenes. De los 7 niños, al ser llamados al akarema, los más pequeños explica- ron que no sabían que lo que habían hecho era dañar a alguien y tampoco que por eso los llevarían al patio de la capilla, eso fue lo que declararon mientras las ikusiami les daban nawésari y les hacían ver que habían in- currido en varias faltas: matar gallinas que pertenecían a otras personas, robarlas, comerlas, enterrar el plumerío para que nadie se diera cuenta del hurto y –además- no avisar a nadie que se habían llevado las gallinas. Todos eran menores de edad, si las instituciones de Derechos Huma- nos conocieran de este proceso de justicia, es probable que las iseríkame hubieran sido amonestadas o se les impusiera orden judicial y fueran sometidas a juicio en algún tribunal exante, e incluso encarceladas en el Centro de Reinserción Social (CERESO) del Distrito Judicial Andrés del Río, que cubre el municipio de Wachochi . 27 25 Localidad en el municipio de Wachochi , Chihuahua. 26 Borracho(a). 27 Wachochi ,en rarámuri ,dice:Lugardegarzas.Eslacabeceradelmunicipioconelmismonombre.
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