Número 47

28 Las reuniones convocadas para realizar el akarema habitualmente se realizan los domingos, durante la reunión general del pueblo aunque pue- den tener lugar en el patio de la casa del o’oniame , 20 o del wa’lú siríame 21 o en el patio del templo, según la disposición de las ikusiami o la parti- cularidad del asunto a tratar. En estas reuniones se plática sobre la falta y se escucha a quien es señalado como responsable de la misma; también se escucha a quien acusa y la gente del pueblo aporta información sobre el proceder de quien violentó la norma y sobre quien presentó la queja. Entre los rarámuri lo importante al momento de enunciar el acuerdo o la sentencia no es la venganza, no es el pago, como lo dijo Ricardo Robles SJ: “Colaboran con el onorúame para recuperar continuamente la armonía del pueblo, para conservar su vida fraternal […]”. 22 En cada sesión de este tipo los involucrados tienen la obligación y el derecho de defender su punto en la búsqueda de que retorne el equilibrio, la seguridad, el cami- nar juntos y por eso al concluir el proceso de justicia, todas y todos se sa- ludan de mano, para que quien faltó a la norma vea no lo han desterrado y continúa siendo parte del pueblo, del colectivo. Durante el akarema se habla de un responsable, no de un culpable. Se es- tabiliza y recupera la convivencia, no se castiga ya que se sabe que ejercer venganza o humillar al responsable no sería justo ni para uno, ni para otro. La responsabilidad, cuando se altera la norma, recae en quien transgredió y asume su responsabilidad así como también en quien propició la falla. Por ejemplo, en Nakásorachi 23 se conoció que los caballos de Moreno 24 se comieron el maíz y las calabazas de Akilino; Moreno asumió su responsa- bilidad por dejar sueltos los animales en temporada de siembra y Akilino asumió la parte que le tocó de la responsabilidad al saber que los animales de Moreno dañaron su siembra por no reforzar a tiempo el cerco. En el debido proceso del akarema la participación de mujeres y hombres de todas las edades es fundamental, ya que se sostiene en la equivalencia cualitativa que se les reconoce a las partes involucradas. Sesiona en los patios de familia, del rancho, de alguna ikusiami o en el patio de la iglesia donde se localiza la cabecera del pueblo de tal manera que la conciliación opere en dicha escala, y dependiendo de la intensidad autonómica es que las escalas se integrarán a los circuitos judiciales o de justicia comunitaria. En esta dinámica general es que la conciliación entre las partes y/o la restitución de la armonía busca evitar la exclusión de los responsables conservando en su equivalencia cualitativa al derecho rarámuri , esto es, el acuerdo denota su sostén en la norma y connota la dualidad reciproci- dad-obligatoriedad al traer a este derecho a los involucrados pero en una 20 Concepto del idioma rarámuri para referirse al sanador, al terapeuta. 21 Cargo del sistema de gobierno rarámuri que más se distingue desde fuera “[…] la pa- labra siríame , deriva del verbo sirimá , convocar, hacer venir o llamar; esta era la antigua y actual responsabilidad del cargo, más lo que han agregado con la práctica y los años de experiencia de su gobierno. El wa’lú siríame , recoge el consenso del pueblo en los procesos en los que hay que llegar a acuerdos – akarema - cuando se transgreden las normas preestablecidas por los anayáwari y la costumbre, da voz al designio de la colectividad, coordina el gobierno de todo el pueblo” (Orpinel, 2013). 22 “El Ronco” Robles, jesuita llegado a la Sierra de Chihuahua durante la década de 1960 (1994: 24). 23 ‘Lugar de la oreja’. Localidad del municipio Wachochi , Chihuahua. 24 Moreno y Akilino son nombres propios entre los rarámuri .

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=