Número 47

26 comenzará a temer que el síntoma de avaricia o actitud de acaparamiento se contagie a otros y otras rarámuri y pronto peleen por las semillas y otros frutos. En caso de que eso sucediera, las pláticas caseras, de rancho, de trabajo-teswino, entre otras girarán en torno a la grave transgresión de la norma y poco a poco el consenso llevará al acuerdo necesario desde el cual se indique cómo estabilizar las relaciones y se dirá sobre la perso- na que negó el kórima : “[dirán] como quiera ya es hijo del re´lé betéame 14 y por lo mismo, cuando muera, no subirá a la casa de Iyé -O nó , vivirá abajo entre los chabochi , 15 con el hermano mayor de Onorúame , al igual que aquellos que alguna vez fueron rarámuri pero que su mezquindad y envidia, los perdió del camino justo, del camino derecho”. 16 Quien se aleja del buen pensar, del buen hacer como lo menciona Mar- got Heras (2007:13-15) se aísla de la colectividad, falta a la ley que desde los anayáwari mandata el saber trabajar con gusto, con alegría la tierra; cuidar los animales y bienes del monte; compartir los productos de la co- secha entre los rarámuri y con Iyé –Ó nó 17 . “Lo que es justo” debe permanecer en las acciones de los y las rarámu- ri , se le menciona en el nawésari a todos los presentes; hombres y mujeres adultos, y es escuchado por todos los niños, a quienes desde temprana edad se les incluye en la mayoría de las actividades colectivas y reciben a través de la palabra y las acciones, los valores morales que deberá ir adquiriendo para llegar a ser un “buen” rarámuri . La certeza de lo “justo” es elemento indispensable para mantener, recobrar y hacer más fuerte la armonía en el pueblo y entre todos sus miembros. Las Leyes nacionales, pensadas en la aplicación de la justicia, se basan en conceptos destinados a limitar y castigar a los infractores, rechazarlos; ya sea con multas o pérdida de la libertad; reparación del daño desde lo monetario y/o cumpliendo sentencias confinados en cárceles, apartados del resto de la sociedad. La práctica de “lo justo” en la cultura rarámuri se basa en el acuerdo común entre las partes en conflicto, y al mismo tiempo en la toma de conciencia de éstas como parte de una comunidad. Existen conceptos en el idioma que nos permiten acercarnos a su com- prensión, entre ellos está el de sébare ; palabra que refiere a ideas como “em - parejar”, 18 “allanar”, “llegar a un acuerdo para todos”; el acusado, el agra- viado, el colectivo y el gobierno del pueblo. En este evento no se persigue como finalidad el castigo o la recriminación sino el acuerdo en el que las partes aceptan lo que les corresponde, a este evento de juntarse se le dice 14 “El que vive abajo” (Brambila, 1983: 197), haciendo referencia al ser que instiga a la gente a portarse mal, el “sayo” o contrario de Onorúame (Información de F. Valencia, Pueblo de Samachike 2001). 15 En el idioma rarámuri , chabochi: “el que tiene arañas en la cara”, hace referencia a la barba que portaron en tiempos del virreinato los europeos que llegaron a esta región. Ahora, palabra peyorativa para referirse a los mestizos y que tiene una fuerte carga negativa pues tiene entre sus acepciones al mentiroso, al que habla con falsedad y no cumple su palabra, al ladrón, al violador, entre otras. 16 Frase tomada de una plática con el amigo Juan G. E. (q.e.p.d.), Norogachi (Diario de campo, Kiriaki Orpinel 2007). 17 “Mamá-Papá”, como también se nombra a Iyerúame-Onorúame . 18 Este concepto se diferencia del beterama , ra’perama, re´nalama , emparejar como en “ weé ra´páraga [igualando la tierra]” o en “ ga’lá tumu beterasi enaí awibo ba , emparejen bien, vamos a danzar aquí” (Bramila, 1983: 214).

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