Número 47

17 La explotación minera y la silvicultura han tenido, a lo largo de su presencia por más de un siglo en la zona, altibajos económicos dictados por las condiciones del mercado interno y externo. 6 Puesto que las políti- cas neoliberales de los años ochenta han cedido el control a los sectores privados a través de reformas constitucionales neoliberales como son el Tratado de Libre Comercio (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, la economía de mercado ha penetrado hasta el centro de los territorios in- dígenas, restringiendo así el acceso y control de las comunidades indíge- nas sobre las tierras y bienes ambientales. Además, las industrias minera y forestal en la región han sido históricamente importantes factores de cambio cultural y transculturación al incentivar la acumulación de capital por las élites locales en los territorios étnicos, promoviendo así la crea- ción de centros urbanos, alentando procesos de migración e inmigración, reproduciendo, fortaleciendo y formando nuevas relaciones de poder y generalmente fomentando la penetración de las instituciones del Estado en las localidades. Por ejemplo, desde la revolución mexicana (1910-1921) y la consolida- ción del partido revolucionario (PNR-PRI), las políticas de Estado sobre asuntos indígenas se han aplicado en México a través de una oficina fede- ral de asuntos indígenas (antes Instituto Nacional Indigenista -INI- y aho- ra Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas -CDI-). Su influencia en la región data de la década de 1950 y es un reflejo de las ideologías particulares, discursos, políticas y prácticas que llegaron a ser conocidas en toda América Latina como “indigenismo”. 7 Dado el objetivo estatal de forjar una “nación moderna”, estas políticas públicas fueron ca- 6 Véase Sariego (2002). 7 Véase Sariego (2000) y Villoro (1957). El rarámuri de la Alta Tarahumara. Imagen de Víctor Villanueva, 2012.

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