Número 47

13 munidades como la del poblado de Coloradas de la Virgen y Choréachi, no sólo ha hecho manifiesta aquella situación ante la jurisdicción nacio- nal, sino que también han acudido a instancias internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar el clima de inseguridad e impunidad al que se enfrentan los y las defen- soras de los derechos humanos (indígenas y mestizos) en la lucha por el reconocimiento de los derechos agrarios y colectivos de los pueblos y co- munidades de la región. Sin embargo, como es el caso de las comunidades de pueblos amerindios que acuden a la CIDH en el marco de la fase actual del capitalismo transnacional y su crisis estructural, se enfrentan con la limitante que la dinámica misma de esa crisis y reacomodo le ha impuesto desde el año 2015 a dicha instancia, al recortarle su presupuesto global para destinarlo a otras actividades: 8 No es que no haya fondos, es que los Estados de la OEA han deci- dido que, de su presupuesto general, sólo el 6% se destina a la Co- misión Interamericana de Derechos Humanos . Así, para el periodo fiscal 2015, la Asamblea General de la OEA aprobó un presupuesto a la CIDH de $5,427.900, del cual $4,455.100 son gastos de personal y $972.800, operacionales. Se trata de una decisión deliberada. Los Estados saben que la única manera de mantener silenciado al organismo que crearon para vigilarlos es asfixiándolo financieramente (Salazar, 2016: 2). El control financiero de las instancias interamericanas para la procu- ración de la justicia es, al igual que la reforma al corpus legislativo nacio- nal y local en materia de liberalización de la propiedad y fondos públicos y la desregulación del mercado de energéticos y laboral, uno de los indi- cios de que el aparato jurídico no es un ente autónomo desde el cual la producción normativa obedezca a dinámicas propias de su existencia: por el contrario, ello hace evidente que las formas político-jurídica e ideoló- gica se concatenan con el modo de producción económico, al demostrase una vez más que: 9 Con la modificación del fundamento económico, todo ese edificio descomunal se trastrueca con mayor o menor rapidez . Al conside- rar esta clase de trastrocamientos, siempre es menester distinguir entre el trastrocamiento material de las condiciones económicas de producción, fielmente comprobables desde el punto de vista de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, dentro de las cuales, los hombres toman conciencia de este conflicto y lo dirimen (Marx, 1980: 5) En ello, los luchadores sociales tienen la oportunidad de tomar un referente global útil para su resistencia local ante la necropolítica. En este orden de ideas es que, recordando a Isidro Baldenegro López y sus compañeros, queremos honrar la memoria de todas aquellas personas de- fensoras de los derechos de los pueblos y comunidades originarios y su patrimonio biocultural, acaecidos en fechas recientes particularmente en México y América Latina. 8 Véase: http://gkillcity.com/articulos/el-mirador-politico/la-agonia-la-cidh?utm_campaign=s- hareaholic&utm_medium=linkedin&utm_source=socialnetwork 9 Véase: Karl Marx (1980) Contribución a la crítica de la economía política , México: Ed. Siglo XXI.

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