Número 47
122 Ese recibimiento nos desconcertó porque no encuadraba en la imagen de sociedad secreta que por entonces teníamos de Los Concheros. Bloque 6. Ernesto el sabio. Estudio de caso. Ernesto nos ofreció su hogar para realizar ahí algunas entrevistas. Vive en las afueras de la Ciudad de México en una zona árida y polvosa. Aquí lo primero que impresiona es la dificultad de vivir. A pocos minutos de camino hay grandes fábricas y se edifican otras nuevas. En estas casas no hay agua ni drenaje, es un sitio indigno de seres humanos, pero aquí hay hombres con dignidad. A lo largo de sus 56 años Ernesto ha trabajado en las tareas más disímbolas, fue obrero industrial, albañil, artesano, hizo de todo; hoy vive sólo de la danza. Todos los domingos la gran familia va al atrio de la Catedral o al Plazuela de Santo Domingo. Desde la ma- ñana hasta la caída de la tarde bailan. Aquí no se trata de danza ritual sino de atraer al público mediante arreglos espectaculares... todo se vale para seguir viviendo. Con ese dinero hacen frente a una larga semana, una semana más. Pero hay que distinguirlo, cuando Ernesto no danza para vivir vive para la danza. Es entonces el Capitán Ernesto, a quien todos quieren y respetan. A él acuden en busca de consejo, de orientación, de conocimientos. Él sabe cómo prepararse para iniciar una danza, conoce los ritos que oficia el Capitán para proteger a su gente contra todos los males que acechan al danzante. Sabe que los que no saben llaman a esto brujería.
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