Número 47
117 petitivo a lo largo de la cinta, la pregunta “¿quiénes son esos hom- bres?” Y el documental va respondiendo: hombres y mujeres con trabajos distintos, aficiones varias, con un común denominador: su religiosidad, promesa y hermandad para seguir la tradición de alabar a las ánimas de los danzantes muertos, a sus propios muer- tos, 16 a gobernantes y dioses prehispánicos y por supuesto a Dios, a la Virgen María y de manera preferencial a San Miguel, todo ello a través de sus cantos, música, danzas y alabanzas. Cada bloque plantea un aspecto de la temática, que conside- ramos es doble: por una parte generar conocimiento y explicar qué son Los Concheros y, por otra, mostrar el proceso de una investigación etnográfica mediante la selección y exposición de algunos de sus elementos, apegándose lo más posible a un ob- jetivo que es “traducir la verdad científica al ‘lenguaje’ cinemato - gráfico para hacerla comprensible a un público más amplio.” Mediante una apretada síntesis ejemplificamos estas ideas, con la advertencia de que una gran parte de la rica expresividad del filme, que está contenida en imágenes visuales y sonoras y en su edición, queda injustamente soslayada en dicha síntesis por motivos de espacio y tiempo. De ahí que hacemos el exhorto para apreciar el documental en el enlace que aparece en la ficha técnica, al inicio de este texto. 16 Ofrendar y alabar a los muertos es otra característica cultural de los pueblos mesoa- mericanos. En esta concepción los muertos nunca se van, permanecen, nos cuidan y protegen.
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