Número 47
100 L a lucha ha sido el motor en todo proceso del desarrollo históri- co d e la sociedad humana. En los diversos sistemas sociales que se han sucedido hasta la actualidad, todo cambio social ha sido consecuencia de un largo proceso de luchas antagónicas entre las cla- ses sociales (dominantes y dominadas). Vale decir, por una parte la clase minoritaria que detenta el poder y que funciona como una pentarquía orgánica de control constituido por el Ejercito permanente, policía, bu- rocracia, clero y magistratura, que tienen como norte mantener el viejo orden social al servicio de la clase dominante; y, por otra parte, las clases populares que luchan perseverantemente por sus más sentidas reivindi- caciones, promoviendo el cambio social, con programa reivindicativo y prospectivo orientado al progreso y a la prosperidad del pueblo. He ahí la polarización de las clases sociales en lucha constante hasta nuestros días. Hilda Tísoc Lindley, mujer de lucha consecuente y honesta, se orientó resueltamente por el Camino de Mariátegui, estudiando, investigando, organizando y luchando con el pueblo, con fe y esperanza por un nuevo orden social, por un mundo nuevo. El Colectivo de En el Volcán Insurgente se une a la pena que embarga a nuestro colega, compañero del Consejo Editorial de nuestra revista y amigo Ricardo Melgar Bao por el re- ciente fallecimiento de su compañera de vida Hilda Tísoc Lindley. Reproducimos aquí un texto de José Félix D., dirigente del Sindicato Único de Traba- jadores de la Educación del Perú (SUTEP) en sentido homenaje a Hilda. HILDA TÍSOC LINDLEY Una vida productiva al servicio de la humanidad (1947 – 2017) La vida es lucha, es combate. Agoniza quien vive luchando contra la vida y contra la misma muerte Miguel de Unamuno
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