Número 46

62 y otras tantas para regresar a cobrar su paga los sábados por la tarde, misma que gastaban en alcohol y comida para reunir las fuerzas de llegar a Laxopa. Auténticas tiendas de raya porfirianas, impuestas con la anuencia del Estado mexicano, dentro de una lógica neoliberal disfrazada por la reforma que per- mitió la restitución de tierras comunales. Al terminar con el bosque, la empresa española no dejó la maquinaria del aserradero ni los camiones madereros;, la única huella de su paso por el muni- cipio fue la desertificación de los cerros. A través del banco depositario de la renta se construyó un mínimo centro de salud de un piso 4 , se sustituyeron los techos de teja por láminas -que hacen sufrir a los habitantes altas temperaturas bajo el sol, por las noches grados bajo cero y un ruido ensordecedor bajo las constantes lluvias 5 -, además se instaló un molino de nixtamal comunal, pero se dejó inconclusa la fábrica de ladrillos 6 . En una palabra: los campesinos laxopeños quedaron en una mayor miseria que antes de la legalización de sus tierras y, aunque una tienda Conasupo 7 ayu- dó por unos años al mantenimiento de las familias, con la apertura comercial impuesta por el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) el precio de producción del maíz local dejó de ser competitivo, con el consecuente abandono de las milpas y soluciones , como la emigración a las urbes naciona- les y de EEUU o la velada aceptación de siembra de mariguana, a. A lo que se prestaron algunos jóvenes de la comunidad, pero que fue tan censurado por los beenezhuán -hombres y mujeres de edad con méritos-, que no prosperaron dichos cultivos. Desde 1977 hasta 1995 acudí a Laxopa esporádicamente para reunir datos: 8 primero para hacer el trabajo de campo que daría lugar a mi tesis de licen- ciatura en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), después para profundizar y ampliar la investigación sobre este universo, como tema de mis tesis de maestría y del doctorado en la EHESS 9 , habiendo realizado una etnografía que comprendió la totalidad del universo de Santiago Laxopa 10 , así como un análisis histórico de larga duración mediante fuentes bibliográficas, complementado por la historia de vida del habitante más anciano, recopilada en el año 1986. Durante mis estancias, con el apoyo de la ENAH en 1985-86, pude llevar conmigo a tres estudiantes como asistentes de investigación dentro de su res- pectivo programa académico. Posteriormente, el Instituto Nacional Indigenista (INI) me apoyó con un equipo de cuatro técnicos que filmaron mis entrevistas con habitantes de Laxopa;, unas fueron realizadas con personas monolingües con traducción simultánea. En el INI se hizo la edición de las más de cinco ho- ras de material filmado obteniendo una casete Betamax de una hora, que luego 4 Que estuvo al menos hasta 1999 sin médicos ni enfermeras. 5 No logramos averiguar de quién fue la iniciativa, que todos lamentaban cuando estuvimos ahí la segunda vez. 6 Tal vez por ello se cambiaron las tejas. 7 Compañía Nacional de Subsistencias Populares, compañía paraestatal vigente entre 1961 y 1999. 8 En total, estuve viviendo cerca de un año en el pueblo de Santiago Laxopa. 9 École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, Francia. 10 Desde el plano de las calles y viviendas, las diferentes formas de usufructo y tras- paso de la tierra, la estadística y descripción de los oficios complementarios de la agricultura, desarrollados por hombres, mujeres y niños; la propiedad y destino de los animales, las rela- ciones de parentesco, el problema interreligioso -católicos y protestantes-, la escolaridad, el monolingüismo y bilingüismo, etc.

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