Número 46

55 monopolios de los sujetos dominantes autodefinidos no indígenas intenta “igualarse”, lo que provoca situaciones de tensión en las mentalidades de los sujetos que los racializan. ¿Qué hizo posible tal pérdida de lugar del sujeto subalterno o la des- subalternización de las masas indígenas? Dos elementos estrechamente vinculadas, es más, el primero resulta un efecto del segundo, que tuvieron un efecto en términos de autonomìa. Es decir, de permitir a los sujetos indígenas subalternos em pensar en la posibilidad de autonomomía de us condición de sujetos sujetados a las estructuras dominantes, en el marco de la formación social bolivia. Condiciones de posibilidad para la autonomía del sujeto indígena Los efecto no esperado, no intencional, de las políticas multiculturales de corte neo-liberarles de los años noventa, que hicieron posible, por un lado, el acceso de las masas indias a los espacios de poder político, desde los niveles locales a los nacionales;, que hasta entonces eran controlados por quienes se asumían no indígenas. Por otro lado, al profundizar a las masas indígenas a los márgenes del mercado formal, al mundo de la informalidad, permitieron que una proporción muy reducida, pero significativa de los indígenas, accedieran a una parte del capital comercial, desde esa infor- malidad, que les permite mejores condiciones de lucha por los recursos en disputa dentro del campo de la economía local; Pero lo anterior, solo pudo ser posible por los cambios de tipo estructu- ral que experimenta la sociedad boliviana, desde la década de los setenta, en términos económicos (como el estancamiento de las clases medias, ante la reducción del Estado empresarios nacionalista); demográficos (mayo - res flujos y desplazamiento de la poblaciones indìgenas hacia lo urbano) y sobre todo educativos, como el proceso de masificación de la educación básica y superior a la que accedieron las poblaciones indígenas desde fines de la década de los setenta. El acceso a la educación superior, vinculada al acceso a la administración del estado, permitió un cambio de percepción del indígena de si mismo y de sus pares, desde entonces es posible entender que los indígenas empezaron a votar electoralmente por sus iguales. Pues ahora se sentían con la capacidad no solo de gobernar. En este contexto, son los aymaras (más que otros grupos étnicos) quie - nes experimentaron más de cerca estos cambios. Desde fines de los sesenta el protagonismo político de los aymaras ha ido en ascenso. A principios del siglo XXI se han convertido en uno de los protagonistas centrales del proceso de cambio político-institucional, con las movilizaciones del 2000 y el posterior apoyo político a Evo Morales (también de origen aymara) para su llegada y su reelección como presidente del país. Pero este protagonismo del aymara en el campo político, también se extiende al cultural, intelectual y al económico. Aunque no se tiene da- tos estadísticos precisos, es el grupo étnico cuya población ha accedido a mayores niveles educativos, una parte de ellos se ha constituido como un referente de la intelectualidad indígena boliviano (Salazar, 2012; Rea, 2006), lo que les ha permitido posesionarse en un nuevo campo de lucha: el intelectual. Paralelamente, también disputan posiciones y recursos en el subcampo de la economía comercial, al acceder al mercado local y regional,

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