Número 46
54 En cambio el indio de hoy, dejó de ser un indio doméstico, dejó de ser un cuerpo dócil educado para servir la mesa o para servir al patrón. El indio de hoy es “aberrante” porque dejó de ser humilde, siendo que esta última característica constituía la cualidad deseada de aquel. Socializada a través de la familia, la escuela y el ejército, como espacios de disciplinamiento de los cuerpos. Ahora el sujeto indígena, es un sujeto que “ya no se deja”, que alza la voz y se iguala porque también entendió que la diferencia cultural no es sinónimo de diferencia natural y, por tanto, es igual a quien goza de algún “privilegio” y considera que tal situación es exclusiva a su condición étnica, subjetivamente valorada como superior. El indio de hoy, sumergido en un proceso de cambio, demanda una igua- lación, o demanda basar las diferencias sociales y culturales fuera del cam- po de la naturalización. Pues desde este campo los miembros del grupo dominante que se asumen no indígenas justifican el monopolio sobre los mecanismos de distribución, control y acaparamiento de recursos (mate- riales y simbólicos). Este nuevo sujeto indígena, por tanto, se convierte en amenaza pues, ahora, tiene posibilidades de acceder a los bienes an- tes monopolizados por el sujeto dominante; Y al romper con los antiguos Foto de Pedro Valtierra
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