Número 46
13 Pero a la vez que conmovedor, aquel espectáculo era edificante. A todos los animaba un mismo deseo; nadie quería estar bajo el dominio del ene- migo y todos preferían la emigración, el destierro voluntario, el sufri- miento lejos del hogar. los constitucionalistas estaban combatiendo a las huestes del sur en forma más dura aún que la utilizada por la misma usurpación (huertista). Tehuixtla presentaba un aspecto de feria; pero una feria de dolor y de ira. 14 En efecto, si consideramos la guerra económica y su estrategia de Tierra Arrasada, el terror carrancista contra la población civil superó al terror que implantó, previamente, la dictadura de Victoriano Huerta. Otro zapatista, el teniente de caballería Macedonio García Ocampo, entrevistado en 1977 por la joven historiadora Laura Espejel, expuso: ¿Sabe usted?, había una magueyera en mi pueblo y ahí íbamos a recoger el agua miel. La hervíamos y se hacía como miel… Con eso se endulzaba el agüita aquella de hierbas, con eso nos sosteníamos. ¿Y no les hacía falta maíz? Sí, cómo no. Por eso mucha gente se murió de hambre. Mucha gente, mu- cha, mucha gente se moría de hambre. ¿En el campamento las familias no podían sembrar? No se podía. Mire usted, una vez sembramos allá en el monte, así; sembra- mos y llegaron los constitucionalistas que nos iban persiguiendo y, mire usted, los elotes del maíz que iban a jilotear, los alzaban así y los tiraban. Ahora el lema que llevaban ellos era de matarnos de hambre. Si no de balas, de hambre nos habían de matar. 15 Además, durante la ocupación carrancista hubo masacres de civiles in- defensos, en varios poblados de Morelos, como Jiutepec y Tlaltizapán. Pa- blo González decretó: “todo individuo que, sin pertenecer al Ejército Cons - titucionalista, camine en un perímetro menor de 60 metros sobre la vía del ferrocarril, en la línea de operaciones de Morelos, será pasado por las armas sin más requisito”. 16 En mayo, la prensa carrancista anunció, con orgullo, la llegada de 1,000 prisioneros zapatistas a la Cd. de México. El general Benjamín Hill, Coman- dante Militar de la plaza, declaró a la prensa que estaba dispuesto a depor- tarlos a Yucatán, “en cuya entidad y bajo la vigilancia de las autoridades civiles y militares, tendrán oportunidad de trabajar”. 17 Tierra arrasada, familias devastadas. Racismo, esclavitud y muerte. Tal fue el núcleo de la estrategia carrancista, en su guerra de exterminio contra la revolución campesina de México. 14 Relato anónimo, sin fecha, sobre la situación en Tehuixtla, Mor., con nota del editor: “Al autor de esta obra le fue intervenida su casa, sita en la primera calle de Las Moras de la ciu- dad de México, por el gobierno de Carranza”, Fondo Gildardo Magaña (FGM), Archivo Histórico de la UNAM, caja 27, expediente 5, folio 54 (clasificación antigua). 15 Teniente de Caballería Macedonio García Ocampo, Ejército Libertador. Entrevista realizada por Laura Espejel, en Juchitepec, Estado de México, el 23 de abril de 1977. 16 “Medida preventiva contra los atentados zapatistas”, El Demócrata , México, D. F., 19 de mayo de 1916. 17 “Cerca de mil prisioneros zapatistas fueron traídos ayer a esta ciudad. Según decla- raciones hechas por el señor general Benjamín Hill, serán deportados al Estado de Yucatán, El Demócrata , México, D. F., 16 de mayo de 1916.
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