Número 46
12 Finalmente, en cuanto a los preparativos de la invasión, es preciso con- siderar la implantación de un cerco militar sobre el Estado de Morelos; así como un boquete en la defensa zapatista de la zona de Tres Marías, que se logró mediante la cooptación del general Francisco Pacheco y parte de sus fuerzas. Por otro lado, en esos días, las fuerzas reivindicadoras del Plan de Ayala lle- varon a cabo operaciones ofensivas, a pesar de que su situación general era de- fensiva. El 21 de enero de 1916, asalto al destacamento carrancista de Tlalpan; 25-30 de enero, amplio ataque suriano desde Tulyehualco hasta Xochimilco. El general carrancista José de la Luz Romero declaró a la prensa que “por la ex- tensión que alcanzó la línea de combate, como por la porfía de los numerosos asaltantes, parece verosímil que se propusieron ocupar Xochimilco”. 12 II. El dispositivo militar carrancista de “Yunque y Martillo”, aplicado en Mo - relos, consistió en concentrar los golpes sobre las zonas de Cuernavaca y Cuautla. Mientras que la función del “Yunque” fue realizada en el norte del Estado de Guerrero por tropas de los generales Silvestre Mariscal y Joaquín Amaro, con el propósito de impedir el repliegue zapatista hacia las monta- ñas del sur. La invasión comenzó el 12 de marzo de 1916 y para el mes de mayo se completó el control territorial de Morelos. Tierra Arrasada fue la estrategia carrancista en Morelos: implantar el terror por medio de incendio de pueblos, ejecuciones sumarias de ciu- dadanos pacíficos, concentración de la población y destrucción de siem - bras. Según manuales de la época, la estrategia militar de Tierra Arrasada buscaba que los insurgentes tuvieran grandes dificultades para conseguir alimentos, a fin de que se ocuparan más por sobrevivir que por combatir. Esto facilitaría las labores de exterminio, que llevarían a cabo contingentes de columnas expedicionarias. 13 Hace cien años, un zapatista de la ciudad de México que operaba en Mo- relos relató un aspecto de aquella tragedia del pueblo, la migración masiva: El 4 de mayo de 1916 recibimos órdenes de pasar al Estado de Guerrero… En la tarde de ese día, salimos de Jojutla para pernoctar en Tehuixtla, cuyo camino, así como todos los que conducen al Estado de Guerrero, se encontraba congestionado por una emigración en masa de los pueblos que huían de la presencia de las fuerzas constitucionalistas. Casi todos los emigrantes eran vecinos pacíficos de los pueblos… Daba tristeza ver niños pequeños caminando descalzos, bajo el sol ardiente de aquellos días; mujeres llevando pesados fardos, tal vez todo su patrimonio, so- bre sus espaldas; hombres materialmente agobiados bajo el peso de sus cereales, la ropa de los suyos y los más indispensables utensilios de la casa; enfermos que caminaban por sus pies, ora apoyados y aún sobre las espaldas de algunos viajeros compadecidos que, naturalmente, no les podían prestar ayuda continua. 12 “Fue deshecho por las fuerzas constitucionalistas un ataque simultáneo que efectua- ron los reaccionarios del Sur”, El Pueblo , México, D. F., 3 de febrero de 1916. 13 Cfr. coronel C. E. Callwell, op. cit.
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