Número 45

30 nacional, es una concepción de la educación al servicio de las maquiladoras, las grandes transnacionales, y el narco, ya se habla de una categoría social nueva: los jóvenes narco lumpen. Así la educación dejó de ser un mecanismo para fomentar la participación social, la movilidad social y en el caso concreto de la normales rurales la organización con las comunidades aledañas, como es el caso de Ayotzinapa, la educación ya no sirve para construir la democracia y la formación de la conciencia social, es en cambio un mecanismo para clasificar o seleccionar la fuerza laboral, reduciendo la educación en mercancía. Estas medidas aplicadas desde el gobierno no se han dado sin resistencia por parte de los protagonistas, un corolario de estas inconformidades es la creación de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE ante décadas de corrupción y cacicazgo sindical (1978). Muchos de sus líderes son graduados de normales rurales, otros son maestros sobrevi- vientes del 68 y del 71, etcétera. Lo que se aprecia en la formación de los normalistas es que poseen una larga historia de liderazgo social, de salir de las aulas para participar en luchas comunitarias (ejemplos como los de Lucio Cabañas, Genaro Vázquez Rojas, egresados de la normal de Ayotzinapa, Othón Salazar, preso político y dirigente del Movimiento revolucionario del magisterio MRM, quien por cierto cursó el segundo grado también en Ayotzinapa). La represión a estos líderes es conocida, el asesinato de los dos dirigentes guerrilleros, el olvido y despojo de su plaza de maestro de Othón Salazar quien muere prácti- camente en la miseria exigiendo siempre una pensión como maestro y la impune desaparición forzada y muerte, aún sin aclarar, de alrededor de 150 maestros, desde que se inicia el movimiento de la CNTE, entre ellos Misael

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