Número 44

25 Ramos ha titulado a su libro: J.D. Choquehuanca, El cantor de Bolívar; puesto que una de las metáforas más di - fundidas de discurso alguno, pertenece a José Domingo Choquehuanca: …Vuestra gloria crecerá como crece la sombra cuando el sol declina. … El discurso de saludo al libertador Simón Bolívar fue pronunciado en el pueblo de Pucará, Puno, el 02 de agosto de 1825 a su paso hacia Bolivia. El tiempo transcurre; pero la frescura del discurso permanece. Por lo tanto, es una pieza oratoria clásica. Dicho discurso ha sido calificado como: El más esplendido homenaje inte- lectual que en vida se tributó al liber- tador , según Ricardo Altuve Carrillo; quien fuera embajador de Venezuela y uno de los grandes estudiosos de J.D. Choquehuanca, El discurso de Cho- quehuanca figura en casi todas las biografías de Simón Bolívar. Es imperdonable para el infatuado in - telectual limeño que haya sido un Cho - quehuanca y en el pueblo de Pucará, en Puno, quién tenga esa gloria. Por eso des - de Lima a J.D. Choquehuanca lo llamaban y lo llaman: curita oscuro y abogado de aldea. Tal sandez podría interpretarse como un infundio o ignorancia supina Pero, ustedes saben ¿quién escribió tamaño despropósito? Nada menos que Alan García Pérez. Y como tal figura en la página 42 de su libro de reciente publi - cación: Pido la palabra . Por la Libertad, la Plenitud y el Éxito. Y, ¿con qué motivo o en qué contexto calificó a J.D. Choquehuanca de curita oscuro y abogado de aldea? Fue para demostrar que hasta una persona insigni - ficante puede llegar a ser un gran orador. Pues, bien, contra tal despropósito se ha interpuesto Augusto Ramos Zambrano con su recia estampa de los hombres de la altiplanicie del Collao y su asombrosa fecundidad intelectual a sus 82 años de edad. Esta vez con J.D. Choquehuanca, El Cantor de Bolívar. Los Caciques Chu- quiwanca y sus testamentos. Es uno de los tantos aportes que nos ofrece en su obra. Para los intelectuales limeños igna - ros y desdeñosos les resultará inadmisi - ble que en Puno hayan surgido hombres como J.S. Choquehuanca e, incluso, aho - ra, un notable historiador como Augusto Ramos Zambrano. Cuya filiación está en el campo de las reivindicaciones sociales. Augusto Ramos ha sido rector de la Uni - versidad Nacional del altiplano, abogado de profesión y apasionado historiador. Digo apasionado, en el sentido mariateguiano, de ponerle sangre a las ideas. De arranque, con pruebas documentales –como buen aboga - do- pulveriza la añosa leyenda 3 de la oligar - quía limeña: “ curita oscuro y abogado de aldea”. Puesto que J.D. Choquehuanca no fue curita ni oscuro; tampoco Puca- rá fue una aldea. (Ver pp. 61/63). La fuente que dinamizó a Ramos en sus pesquisas fueron: Amor a su pueblo, tenacidad para vencer obstáculos y tener conciencia que estaba realizando His - toria; porque es la Historia la que le da sentido a la vida y cohesión al pueblo. Ramos investigó la estirpe de los Cho - quehuanca de Azángaro que se remota en su origen al Inca Huayna Capac. Y pode - mos apreciar en el transcurso de las ge - neraciones de los Choquehuanca, que la sociedad se mueve por el conflicto, por las 3 Pucará significa “fortaleza roja” en quechua.

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