Número 44

11 A sistimos a al crecimiento en es - piral del trabajo precarizado de los antropólogos en México y otros países de nuestro continente. An - tropólogos que dan profesionalmente lo mejor de sí, pero carecen de estabilidad, de seguro social, de derechos. Soy testigo directo o indirecto del drama de muchos colegas, más jóvenes que yo, que per - dieron la vida afectados por la ofensiva neoliberal que al precarizar sus empleos, golpearon sus ya magros ingresos para atender la compra de medicamentos, la cirugía, etc. etc. A través de estos apun - tes, pienso en Belén y en otros mucho más jóvenes que ella que perdieron la Belem Claro : la precarización del trabajo antropológico, la literatura y el mole Ricardo Melgar Bao vida. El derecho al trabajo digno es un tema espinoso, que los Colegios profe - sionales y los sindicatos académicos han descuidado. El drama de los antropólo - gos contratados es el espejo de muchos otros contratados bajo las prescripciones neoliberales de la flexibilidad del empleo y los depredadores mitos de la producti - vidad y de llamado «toyotismo». Evocando a la antropóloga y amiga, Belem Claro Álvarez, nacida en la Ciudad de México el 12 de diciembre de 1954, sali - da de las canteras de la ENAH y veterana trabajadora del INAH, no se puede dejar de recordar su portentosa calidad humana, pues sabía del valor de la lucha justa e in - declinable, de la amistad y del buen mole, como comida ritual y amical. Belem, te di - bujaste en nuestra vida y en nuestra me - moria del mejor modo. Luchaste a tu modo y a contracorriente por un trabajo digno que te fue negado a ti y a tus compañeros, una y otra vez, una y otra década. El mole: entre la identidad y la reciprocidad No creo equivocarme al afirmar que uno de los núcleos duros de la identidad cultu - ral tiene que ver con la gastronomía. Mira,

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