Número 43
9 abandono de terrenos productivos (en nuestro ejemplo, ello ocurriría en los siglos XIV y XV). 9 No muy lejano estaba el día en que un denso y complejo acontecimiento científi - co-tecnológico coincidiría con el derrumbe del socialismo real, el fin de la guerra fría, la hegemonía neoliberal, la reconversión del cuerpo humano y sus fragmentos en mercancía, la pérdida de sustentabilidad de las monstruópolis, los flujos ascendentes de migrantes y refugiados, la relativización de las soberanías nacionales, y esa prima- vera del ciberespacio, la genética y la robó- tica. Se aunó a todo ello, la todavía balbu- ceante colonización de algunos planetas de nuestro sistema solar. Crisis de imágenes, de ideas y de los modos de vida. Nuestra América recibió y recibe los coletazos de este proceso, con mala fortuna y débil re- sistencia ciudadana. ¿A dónde va Nuestra América? Exploremos primero los «Nortes», invasi- vos y depredadores. El proceso preelecto- ral en curso en Estados Unidos de Norte- américa tiene en Donald Trump y Hillary Clinton, dos figuras muy reaccionarias en primera línea. Una y otra, son expresión de esta onda o marejada neoconservadora que, más allá de sus respectivas adscripcio- nes a las filas republicanas o demócratas, representan peor de lo mismo no solo para su país, sino para las naciones y pueblos del mundo, dentro y fuera de su órbita de irradiación. México y el conjunto de los países de Nuestra América, resentirán de parte de Estados Unidos un mayor injeren- cismo económico, diplomático, militar y de inteligencia. Frente a las amenazas que se vislum- bran, la lucha antiimperialista debe reac- tualizarse y borrar las fronteras nacio- nales, repolitizando a los migrantes. La lucha antiimperialista demanda otras es- trategias, lenguajes, programas y acciones. Deberá incorporarse con mayor fuerza en 9 Vilar, 1983:223. las agendas de las izquierdas y de algunos agrupamientos políticos democráticos y nacionalistas. Todavía no se perciben pro- yectos, programas y acciones en defensa de la muy vulnerada soberanía alimentaria y económica. Y en cuanto los problemas de los migrantes sur-norte, únicamente han sido considerados de manera parcial en términos asistencialistas o eventualmente de derechos humanos. La ilusoria etapa pos neoliberal se ha derrumbado con la caída electoral de va- rios gobiernos en nuestro continente. En realidad, nunca se comprometieron de fondo con el cambio de rumbo, salvo en un punto, nutrir el gasto social, bastante contraído bajo los gobiernos previos. Ade- más, no se atrevieron a revertir el modelo extractivista de la economía, tan depreda- dor en materia ambiental y condiciones de trabajo. Persisten en ello, Nicolás Maduro en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador y Evo Morales en Bolivia. Raúl Zibechi nos da una síntesis apretada de los factores en- dógenos en estos procesos «progre», aho- ra muy alicaídos o en proceso de extinción: Algunos de sus errores, a nuestro juicio, ha sido no tocar ni al 10% de poderosos que concentran la mayoría de riqueza en sus manos, no hacer reformas estructu- rales y perpetuar el modelo extractivo. Nos hemos dado cuenta tarde de qué supone el modelo extractivo del cual, en un principio solo fuimos capaces de ver sus negativos efectos medioambien- tales. Además de sus efectos nocivos
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