Número 43
14 Congreso con abrumadora mayoría reac- cionaria y mafiosa. Las recientes revelacio - nes que evidencian los fuertes vínculos del fujimorismo con los carteles de la droga, le han conferido certeza a los movimien- tos sociales que venían denunciando su interés en modelar un narco-Estado. 20 El renovado liderazgo generacional del Fren- te Amplio sigue sembrando expectativas, dentro y fuera del Perú. Reiteramos que las presiones injeren- cistas estadounidenses se fueron haciendo más explícitas en los países con gobiernos reformistas, a las que se sumaron las pro- venientes de algunos de sus aliados euro- peos y latinoamericanos. Esta marejada de acosos mediáticos, diplomáticos, financie - ros y de inteligencia, no fue sin embargo la que definió el curso de las derrotas electo - rales. Fueron mucho más importantes las desvinculaciones político-gubernamen- tales con sus pueblos, las que reorienta- ron los votos en contra de sus proyectos de reelección. Brasil es un espejo del desgaste e incompetencia administrativa de un go- bierno reformista. Siendo el caso brasileño la pieza mayor del cambio geopolítico en el continente debemos dedicarle algunas líneas, necesarias y justificadas. Es de conocimiento público que el be- neficiario político de la actual crisis brasi - leña es el Movimiento Democrático Bra- sileño (MDB). Entidad política que nació bajo el paraguas de la dictadura militar, participando en procesos electorales ilegí- timos pero «legales». En 1980, agregó a su identidad el término partido, convirtién- dose en el PMDB. Su clientelismo político es preocupante para las izquierdas, cuenta a su favor con una masa popular de ma- niobra nada desdeñable. Recordemos que las derechas son muchas veces más hábiles que las izquierdas en la cooptación de los estratos populares, apelando a importan- tes recursos mediáticos pero también a un lenguaje, una gestualidad y unos señuelos eficaces (dádivas, promesas y apoyos a «micro emprendimientos»). 20 http://larepublica.pe/impresa/politica/769097-con-kei - ko-fujimori-el-peru-seria-un-narcoestado Más allá de lo expuesto, debe señalarse el hecho de que el PMDB se ha beneficia - do de su capacidad de maniobra política. Gracias a ello, ha logrado conquistas que no pudo alcanzar por la vía electoral. Los antecedentes iluminan su pasado y su pre- sente. Durante la crisis gubernamental producida por el deceso del candidato elec- to Tancredo Neves en 1990, José Sarney, del PMDB, dio un salto con garrocha de la vicepresidencia a la presidencia. Dicho partido comodín asimiló bien la lección, como lo refrenda otro reposicionamiento de parecido corte político. La renuncia de Fernando Affonso Collor de Mello en 1992, envuelto en una escandalosa trama de corrupción, permitió a uno de sus ex cuadros fundadores, Itamar Franco, asu- mir la presidencia. Y ahora, tras la crisis brasileña, que devino en golpe de Estado legislativo, se agravó con el campeonato mundial de futbol y sus muchos despil- farros, sublevando a los habitantes de las favelas, profundizado a su vez por una maniobra de altura de Michel Temer del PMDB ex aliado de Dilma, quien ha usur- pado la presidencia, a pesar de los antece- dentes de corrupción que pesan en su con- tra. En síntesis el PMDB, sin necesidad de ganar comicios electorales, ostenta ya en su haber político tres presidentes. De plá- cemes están los grupos de poder: los Ma- rinho, dueños de la cadena de medios Glo- bo y los Sicupira, también accionistas en AB Inbev, los Moreira, dueños de Itau-Uni- banco y Marcel Herman Telles, acccionista «pequeño» de la cervecera AB Inbev con- trolada por su socio Jorge Paulo Lemman. El PT de Dilma, al realizar su viraje neoconservador, se distanció de su tradi- cional línea programática y de sus bases sociales, perdió piso y le dio mayor capa- cidad de maniobra a su efímero aliado, el PMDB y a su líder Michel Temer. Quedó así sepultado el pacto social sostenido en- tre 2003 y 2013 por la fracción petista li - derada por Lula. En tiempos de crisis, este giro fue sepultando su futuro político. El ascenso de Michel Temer a la presi- dencia no representa un giro moralizador
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=