Número 42
34 nada. Es irritante que Mr. Obama quiera visitar la ESMA, porque las personas que fueron torturadas y asesinadas en ese lugar fueron víctimas de una dictadura alenta- da por el gobierno de su país. Se nos dirá que tenemos que ser realistas, que tenemos que abrirnos al mundo y todos los lugares comunes con que el actual y miserable go- bierno reaccionario y entreguista lleno de gerentes de empresa nos quiere vender el buzón de: ¡bajémonos los pantalones que luego viene el derrame! El mismo verso que vendió Menem en los años 90 y que terminó en el incendio del país en 2001. Por otro lado, el gobierno norteamericano no se privó en estos años de seguir presio- nando con métodos nada suaves a nuestro país cuando necesito hacerlo. Baste con re- cordar la aprobación de la ley anti terrorista por el Congreso argentino en 2011. Una de esas condiciones que la gran democracia del norte les pone a los países “sudacas” y afines para no incluirlos en el “eje del mal”, o alguna de esas tantas construcciones dis- cursivas estrambóticas que son un eximio ejercicio de macartismo inquisitorial apli- cado a las relaciones internacionales. Es realmente cínica, y nada inocente, la afirmación de Mr. Obama en el reporta - je que le hizo la CNN en el sentido que la ex presidente Cristina Fernández sostuvo “políticas anti- norteamericanas” produc- to de una “mentalidad setentista”. Permí- tanme que esboce una sonrisa levemente irónica. Considero que el gobierno kirch- nerista estuvo muy lejos de tener una po- lítica “anti-norteamericana” o de carácter anti-imperialista consecuente. No solo que la ex presidenta, luego de llenarse la boca hablando de soberanía, hizo apro- bar la “ley anti- terrorista” y presionó a los diputados díscolos de su bloque para que acataran sin chistar. También fruto de presiones yanquis fue el veto a la Ley de Glaciares ejercido por la presidenta sobre un proyecto aprobado por los legisladores de su propio bloque. Desde el año 2003, los gobiernos kirchneristas llevaron ade- lante una política petrolera completamen- te funcional a las inversiones de las gran- des multinacionales del sector. Lo mismo hacia hacia los intereses de la minería extractivista. Ni que hablar de los acuer- dos leoninos con multinacionales ganste- riles como Chevron y Monsanto. Algunos me objetaran que se re-estatizo YPF. Si, cuando ya los españoles de REPSOL la habían fundido y haciéndose cargo de toda la deuda acumulada durante la ges- tión privada. No esta demás recordar que el gobierno del ex presidente Kirchner acordó la jurisdicción judicial extranjera para los pleitos con los deudores que ge- neró toda esta situación de la deuda con los “fondos buitres”. La propia ex presi- denta se jactó en varias oportunidades de que su gobierno era “un buen pagador”. Todo esto amén que en ningún momento
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