Número 42

21 pecialmente el CESDER, se posicionan claramente en contra de la entrada de mineras, proyectos hidroeléctricos, proyectos de ciudades rurales 4 y de la agricultura con semillas transgénicas. Incluso una parte del personal del CES- DER forma parte del Consejo Tiyat Tlali y realizan en distintas escuelas charlas informativas sobre esta problemática en la Sierra Norte de Puebla. Es impor- tante tener en cuenta el contexto actual de México para comprender la situación a la que se enfrentan estas escuelas y por ende también su alumnado y fami- liares. Por un lado, a nivel regional está la preocupación de las repercusiones sociales y ambientales de la entrada de estos proyectos de muerte , y en el ámbi- to nacional, es impactante la represión 4 Los proyectos de ciudades rurales, enmarcados en las políticas estatales de combate a la pobrez , “son p queñas ciudades edificadas  ex profeso  en el área rural, que ofrecen a las comunidades indígenas y campesinas una serie de ser- vicios –entre ellos luz, agua, drenaje, educación, salud, comu- nicaciones y empleo– con el objetivo de «concentrar» a los hombres y a las mujeres del campo” (Rivera Borrego, 2012). El primer proyecto de ciudades rurales se inició en Chiapas, donde varias organizaciones protestaron al encontrar que con ello se pretendía realizar un reordenamiento territorial; “las familias campesinas e indígenas fueron reubicados a nú- cleos poblaciones compactos, que a su vez se construyen en torno de un conjunto de centros de prestación de servicios” (Hernández García, 2012). El productor, al estar lejos de sus parcelas (huertos, cafetales o milpas), ya no puede trabajar su parcela, y por lo tanto “se ve obligado a buscar otras opciones como sembrar en viveros familiares o prestar algún tipo de servicio” (Hernández García, 2012). Para varias de las organi- zaciones que acudieron al foro “Proyectos de muerte en Pue- bla”, realizado en la Benemérita Universidad de Puebla (BUAP), las ciudades rurales “allanan el camino a proyectos como los mineros, pues al remover a la población de sus tierras, las em- presas inversionistas se enfrentan a una menor oposición por parte de la sociedad para el desarrollo de proyectos de mine- ría a cielo abierto” (Hernández García, 2012). por parte del Estado hacia personas y colectivos que han protestado frente a otros proyectos extractivos en toda la República. En la licenciatura del CES- DER y en la Maestría de la UCI-Red es frecuente que se debata sobre ello, ha- biéndose organizado varias conferen- cias y seminarios en dónde se promue- ve el diálogo sobre derechos humanos, defensa del territorio y el buen vivir. Al ser una red de organizaciones con una larga trayectoria, su rechazo a estos proyectos extractivos y su inclusión en el Consejo Tiyat Tlali , tiene repercusio- nes, influyendo en la opinión pública. Además, en el bachillerato de Te- pexoxuca los maestros/as invitaron a un colectivo de artistas que organiza- ron una actividad con los jóvenes es- tudiantes en torno al tema de las em- presas extractivas en México. Durante el taller, lo estudiantes reflexionaron acerca de los elementos que creían que alteraría la empresa minera si se esta- bleciera en sus localidades y lo mostra- ban a través de dibujos (ver Figuras 4 y 5). Debatieron en grupos sobre las diferentes opiniones que sus familiares y las comunidades tenían al respecto, a la vez que exponían sus propios pen- samientos. Al final crearon en conjun- to una pequeña representación teatral que manifestaba su oposición como Figuras 4 y 5: Taller en el Bachillerato General de Tepexoxuca. Autoría propia.

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