Número 42

17 llo, se les olvidó. Pero cuidado, lo que nosotros también vemos es que otros conceptos o ideas o visiones como el Buen Vivir, de repente algunos lo están adoptando como la palabra que sustituye al desarrollo, y eso no pue- de ser lo mismo. No es un cambio de palabra, es un cambio de paradigma, un cambio de visión, de cosmovisión del mundo, del orden” (Entrevista a Víctor Hernández. Maestro UCI-red. 19 junio 2015. Tepexoxuca). Existen ya propuestas guberna- mentales en Ecuador para crear unos parámetros que puedan medir el Buen Vivir con el objetivo de asentar las bases para crear políticas públicas. “El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos con el apoyo de la Secreta- ría del Buen Vivir, se encuentra tra- bajando en la definición de variables que permitan medir el Buen Vivir en el país y obtener una métrica aplica- ble en el país para el 2016” (Secreta- ría del Buen Vivir. Gobierno Nacional de la República del Ecuador, 2015). Ésta se estableció a partir de unas jor- nadas donde participaron expertos, internacionales y nacionales, donde analizaron cuáles deberían ser los pa- rámetros para realizar esta medición. La propuesta es un primer paso para constituir est ándares de Buen Vivir, lo cual es cuestionable ya que, a tra- vés de estas mediciones, se pretende que se equipare el Buen Vivir al anti- guo concepto de desarrollo. Es posi- ble que se contabilicen otros aspectos además del bienestar material, pero es llamativo cómo esta propuesta del Estado de Ecuador, vuelve a repetir el patrón de instaurar estándares cuan- titativos de lo que significa una bue- na vida, para luego poder aplicarlo a nivel nacional o incluso internacional. El paradigma del Buen Vivir “ha sido reconocido en las nuevas Consti- tuciones políticas de Ecuador (2008) y de Bolivia (2009), en una apuesta por transformar dichos Estados en interculturales” (Martí i Puig y otros, 2013:10). Aunque éste sea un cambio importante a nivel simbólico, queda pendiente ver cómo se lleva a la prác- tica dicho cambio. También los miem- bros de la UCI-red cuestionan que el Buen Vivir pueda ser concebido como un paradigma universal y homogéneo. “El buen vivir es una construcción que le compete a los pueblos, a los grupos, a las sociedades decidir exactamente lo que quieren construir, y ¿de qué manera?, pues siempre privilegiando la vida, la existencia, buscando la ar- monía. Pero no puede ser un modelo, no puede ser el Buen Vivir algo que se trasporta desde los aymaras a todos lados. Tiene que verse en cada lugar. Lo importante es la construcción, pen- sar en un mundo, que como dicen los zapatistas, donde quepan todos los mundos. La pluralidad, la diversidad, diferentes maneras de ver el mundo. La crisis civilizatoria tiene detrás de sí un modelo, que se ha impuesto como hegemónico, y esa hegemonía va pasando por encima de todo” (En- trevista a Víctor Hernández. Maestro UCI-red. 19 junio 2015. Tepexoxuca). Por lo tanto, aunque el Buen Vivir tenga algunas características que pue- den llegar a definirlo, como por ejem- plo “la ruptura con el dualismo socie- dad-naturaleza, la austeridad frente a la opulencia o el despilfarro y la defen- sa de las identidades culturales” (Un- ceta, 2013: 102), es fundamental y piedra angular de esta visión el partir de una “autonomía de los procesos de cada territorio” (Unceta, 2013:102). Es decir, que cada grupo social, pueblo o comunidad genere su propia idea de Buen Vivir a partir de su propia cosmovisión y determine la forma de organizarse y relacionarse con su am- biente y con el grupo. Los debates en torno al Buen Vivir se han tornado cada vez más signifi-

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