Número 41

42 Como organizadores, ponentes y participantes del Simposio “La situación de la práctica profe - sional de la antropología frente a la flexibiliza - ción laboral” en el marco del III Congreso Mexi- cano de Antropología Social y Etnología , realizado en la ciudad de México del 23 al 26 de septiembre del 2014, deseamos presentar ante la asamblea del Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales, A.C . (en adelante CEAS), las siguientes reflexio - nes para su consideración en torno la situación que enfrentan las nuevas generaciones de antro - pólogos en México en el mercado laboral. 1. Considerando que desde la fundación del CEAS y de acuerdo con informes de los Consejos Directivos previos, se puede destacar que éste ha priorizado sus atri - buciones como colegio para la realización de foros, congresos y eventos de difusión de la investigación científica; así como, ha manifestado su postura como órgano de “análisis y denuncia de los problemas so - ciales del país”. Sin embargo, ha desaten - dido otras de sus atribuciones más signifi - cativas, entre ellas, “Proponer aranceles y salarios por servicios profesionales y pug - nar porque los etnólogos, antropólogos sociales y etnohistoriadores, obtengan una retribución justa que les permita rea - lizar sus tareas con completa dedicación”; “Llevar un registro anual de los trabajos profesionales que realicen sus miembros en el servicio social” y “Proponer normas de contratación y promoción de los etnó - logos, antropólogos sociales y etnohisto - riadores al servicio del estado, que esti- mulen su profesionalismo y que aseguren que los puestos públicos que involucren labores de etnología, antropología social y etnohistoria sean desempeñados por profesionales competentes”. 2. La fundación del CEAS, hace 40 años, pro - movió la crítica y transformación de los ámbitos institucionales centralizadores en la contratación de antropólogos y etnólo - gos (principalmente INAH e INI). Asimis - mo, remarcó la necesidad de crear nuevos espacios laborales y de discusión sobre las tendencias disciplinarias en el ejercicio de la antropología social, la etnología y la et- nohistoria. 3. Pero a cuatro décadas de distancia, el INI ha desaparecido y la institución que lo re - emplazó, la CDI a diferencia de la ante - rior, no conformó el perfil pofesional de su planta de trabajadores de base con an - tropólogos y, por el contrario, la mayoría de ellos son empleados temporales y mal remunerados, dedicados al levantamien- to de datos o la gestión en campo y sin incidencia sobre las políticas del CDI. A su vez, no cuentan con reconocimiento de una filiación institucional que les permi - ta presentarse como representates de una institución; un hecho que los expone a distintas situaciones de riesgo y vulnera- bilidad durante el trabajo de campo. 4. A ello debe agregarse que el INAH, así como diversas instituciones de educa- ción superior e investigación, universi - dades públicas y privadas y otros Centros SEP-CONACyT, absorbieron laboralmen - te a los antropólogos formados en déca - das pasadas bajo la crítica a la antropo - logía al servicio del estado. No obstante, de manera sistemática estas instituciones La práctica profesional de la antropología en México frente a la flexibilización laboral

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=