Número 41

23 de agua por persona al día. La irracionalidad hecha ley garantiza mayor acumulación y concentración de ganancias para los que de por s í ya tienen riqueza económica, mientras que al resto de la población esas leyes le ad- ministran precariamente el uso de los bienes naturales básicos. LA DEFENSA DE LAVIDA ES LA FUERZA DE LAS RESISTENCIAS Es obvio que el despojo se sufre en carne propia; se despoja al ser humano de su sa - lud; se le despoja de su identidad y cultura; se le despoja del ambiente limpio y sano; se le despoja de la naturaleza y la biodiversi - dad; se le despoja de la comunalidad; se le despoja de la tierra, del agua, del viento, y se le despoja y desplaza del territorio muchas veces con apoyo del crimen organizado. No obstante, cuando las mujeres y hombres viven esas circunstancias, tam- bién suelen encenderse o activarse nuevas disposiciones y actitudes para la defensa de la vida y en contra del despojo y el des - plazamiento. Aún cuando en ese contexto, las resistencias suelen presentar diversas características, básicamente la principal diferencia radica en que no es lo mismo resistir ante el potencial ingreso de un megaproyecto a un territorio, a resistir e intentar sacar de su tierra un megaproyec- to ya instalado y funcionando, sobre todo porque en el segundo caso ya se tiene en- cima no sólo a la empresa, sino a todo el Estado y su marco jurídico que para ello ha creado, el cual, como ya hemos señalado, literalmente está diseñado y establecido para facilitar el despojo del territorio y de los bienes naturales de los pueblos. En el escenario de las resistencias, qui - zás las que más nos preocupan y ocupan, son las masivas resistencias de concien- cia pero que no se traducen en acciones recurrentes y cotidianas, porque conside- ramos que no es suficiente ser consciente de la problemática que enfrentamos si no realizamos acciones directas y concretas que pretendan lograr un cambio parcial o total sobre esa problemática. De esta diferencia entre pensar y actuar a la vez, es donde surge el activismo, surgen los ac- tivistas, aquellas y aquellos que se suman a esta lucha desde lo local hasta lo global en contra de la globalización y el modelo extractivo. Conocer, saber y hacer, son hoy tres facetas necesarias de una responsabi - lidad social que va más allá de la simple participación ciudadana abstracta, y si la responsabilidad se logra en alianza con otras y otros, se abona a la defensa de la comunalidad, al sentido de pertenencia y en consecuencia a la solidaridad. Como última reflexión… ¿cómo hacer que las diversas y diversidades de la luchas se integren en un sólo frente y dejemos de ser luchas monotemáticas? requerimos que una sola conciencia asuma esta lucha global “ a favor de la vida ”, por lo tanto, juntarnos es la vía, pero cómo hacerlo es el reto que tenemos enfrente.

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