Número 41
20 sino a partir de sus vínculos con los suje - tos que lo usufructúan, pensamos entonces que será más fácil comprender e identifi - car qué tipo o cuáles son las amenazas que rondan por el territorio y con ello, ame- nazan y ponen en riesgo la propia vida de sus componentes, entre estos a los propios sujetos colectivos. Enlistemos algunos casos para la re - flexión y provocación: • ¿Los agroquímicos amenazan al territorio? O sólo al sujeto que los utiliza o a quien los consume a tra- vés de los productos que se originan con ello? • ¿El consumo y/o la siembra de trans - génicos amenazan los procesos iden - titarios de los pueblos y por lo tanto, también al territorio? • ¿La ley de hidrocarburos amenaza al territorio?. ¿amenaza a la nación? ¿O es el modelo extractivo, es decir, la forma en la que se explota el petróleo la amenaza real? • ¿La privatización de los bienes na - turales destruye la identidad de los pueblos? • ¿Cuidar a la naturaleza a través del “pago de servicios ambientales” ame- naza el territorio? • ¿Los subsidios, por ejemplo el progra - ma de Combate contra el Hambre o el programa Oportunidades ahora deno- minado Prospera o el Procampo son una amenaza al territorio, a la identi- dad y por lo tanto a la cultura? Por supuesto, el anterior es un listado muy corto en comparación con la gran cantidad de procesos que hoy y desde hace años están amenazando al territorio, sin dejar de observar que en varios lugares ya no son meras amenazas, sino que ha inicia- do la destrucción del mismo. Sin embargo, en ese mismo contex - to, debemos observar que justo bajo esas mismas circunstancias de amenazas y he- chos reales, es donde también se recrean procesos para la defensa territorial desde posiciones integrales e integradoras, por- que primordialmente se plantean bajo un enfoque inequívoco: La defensa de la vida . LA LEGALIZACIÓN DEL DESPOJO En toda Latinoamérica y no sólo México, vivimos una larga trayectoria de cambios políticos y de políticas que han estado ra- tificando y consolidando a los actuales sis - temas de poder que hoy ya tienen en total subordinación y dependencia a naciones enteras. Desde nuestro punto de vista, ello no ha sucedido por casualidad, por erro- res de rumbo o por falta de dirección en los mandos superiores o gobernantes, sino todo lo contrario; hay una clara tendencia de “ir acomodando” paulatinamente todo aquello vinculado con los bienes natura- les para la adquisición de ganancias, de construir condiciones para crear monopo- lios estructurales bajo la lógica del poder/ fuerza por sobre la soberanía y la demo - cracia, así como la apuesta cuasi idiota, de que este planeta puede aguantar todas las atrocidades que podemos ocasionarle, en aras del progreso y desarrollo, a partir del afamado desarrollo tecnológico. El capita - lismo vil a todo lo que da. Actualmente varios análisis nos llevan a ubicar por lo menos cuatro causales que
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