Número 41

17 tener muchas y marcadas diferencias sobre cómo lo interpretamos y por ende, igual se diversifican las acciones para defenderlo ante amenazas dadas o potenciales. No es casual entonces que existan y coexistan múltiples actores -mujeres y hombres-, quienes definen sus estrategias de acuerdo a sus propias características y condiciones, y por ello hay quienes las realizan a través de las leyes o lo jurídico, así como también los hay con enfoques citadinos o urbanos, al igual que a partir de lo rural o como su- cede también con los pueblos originarios, quienes bajo sistemas de gobiernos locales basados en “los usos y costumbres” defi - nen diversas acciones para la defensa. En términos generales, podemos afir - mar que existen y se recrean miles de dife - rencias entre las acciones y estrategias que se realizan sobre “defensa”, de acuerdo a las condiciones y particularidades de los sujetos para con su territorio. Derivado de esas características, en al - gunos casos las y los sujetos o entidades sociales suelen apropiarse del “Territorio” a partir de una demarcación o límite geo - gráfico o político, pero generalmente son expresiones sociales que se encuentran se - paradas o atomizadas unas de otras, como sucede por ejemplo con los municipios o los distritos políticos, en donde la “acción social y colectiva” , no siempre encuentra pluralidad en orden y para la gobernanza 22 , aunque por supuesto siempre hay excep - ciones a la regla. En otros casos, aun dentro de ciertos “límites geográficos”, y a pesar de tratarse de espacios que han sido “reconocidos o en- tregados” por otros -por ejemplo los núcleos agrarios- , son las acciones colectivas y co- munitarias las que a través de sus expre - siones sociales y culturales lo “demarcan en gobernanza”, encontrando su propio crecimiento cultural y espiritual, de tal 2 Otro ejemplo ocurre en las ciudades: dentro de una colonia dada, se forman territorialidades que suelen dar forma a ba- rrios en los que por ejemplo, grupos de jóvenes se apropian de espacios para el desarrollo de sus propios procesos, sin que ello haya pasado por definiciones u acciones del conjunto de quienes ahí habitan. En este tipo de casos el espacio públi- co suele ser administrado por el gobierno local, pero pocas veces por los ciudadanos, lo que genera apropiaciones del mismo desde otra lógica y perspectiva. manera que existen vínculos territoriales de coexistencia para con los bienes natu - rales, como la tierra, el agua, el viento, la flora y la fauna, sin que sea limitativa a és - tos su conexión, así como también es ahí donde se establecen las conexiones espiri - tuales, religiosas y cósmicas, las cuales por supuesto, prácticamente nunca están sepa - radas de lo terrenal. Quienes mejor expre - san esta condición “ territorio/sujetos ” son sin duda alguna los pueblos originarios. No obstante, sin importar cómo sea que conceptualicemos y vivamos “El Territorio y la Territorialidad” 33 , siempre hay factores internos y externos que suelen amenazar y poner en riesgo parte de los componentes que integran al territorio y en consecuen- cia, ello provocará cambios, alteraciones y modificaciones simples o complejas para un colectivo, mismas que en ocasiones lle- gan a ser cambios de tipo estructural tan graves, que pueden eliminar -parcial o to- talmente-, expresiones culturales e identi - tarias, tanto individuales como colectivas, expresiones que, entendemos, son esas di - ferencias que nos hacen distintos entre y para con otros y otras, pero que en el sitio en donde se recrean y construyen son muy parecidas e incluso iguales para con nues- tro sujeto colectivo. Es decir, un factor o elemento ame - nazante es capaz de alterar la construc- ción del sentido de pertenencia de los sujetos individuales y colectivos, ya que los sujetos a través de sus interacciones cotidianas, o seleccionan o le imponen “repertorios culturales” que pueden o no responder a sus intereses y aspiracio- nes personales, así como a las exigencias sociales colectivas; de tal manera que la identidad colectiva se convierte en una construcción subjetiva y cambiante, la cual puede y suele ser transformada de forma acelerada cuando se encuentra íntimamente vinculada al territorio. Así, por ejemplo, ”La Milpa” es un refe- rente común, amplio y múltiple para las fa- 3 En un sentido simple aunque a la vez complejo, se entiende por territorialidad; la gobernanza, es decir, la organización y conducta que cierto grupo social determina para un territorio o zona determinada

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