Número 39
88 cha acción no resuelve el problema, a me- nos que se eliminen dichas emisiones por completo. Este punto es muy importante, pues muchas de las medidas para reducir las emisiones en el corto plazo (efectivas en cuanto a costos) como mejorar la efi - ciencia energética, no son en absoluto las medidas que finalmente conducirán a anu - lar las emisiones de CO 2 por completo. Nuevas tecnologías —generación de energía a partir de biomasa o algunos otros métodos (Sánchez et al., 2015; Ba- lakrishnan et al ., 2015) — pueden imple - mentarse evitando más emisiones al se- cuestrar el CO 2 . El IPCC concluye que, de no empezar a reducir drásticamente las emisiones de CO 2 o cuando menos imple- mentar ya la captura y almacenaje de car- bono, el gasto necesario para no sobrepa- sar el límite de 2° C no sólo será mayor al doble, sino que además, muchos modelos indican que será imposible lograr dicho objetivo. Sin embargo, como se trata de un medio caro para reducir las emisiones en el corto plazo, la captura y almacenaje de carbono permanecen con una priori- dad relativamente baja en muchos de los programas de política climática. Recono- cer al balance de carbono acumulado como el factor determinante para evitar tempera- turas peligrosas, debe ser esencial para que los gobiernos comprendan la importancia de apoyar específicamente la eliminación total de las emisiones de CO 2 , o cuando menos, el desarrollo e implementación de tecnologías seguras para el secuestro y al- macenaje de carbono. Carbono acumulado versus gases de efecto invernadero de vida corta El limitado progreso en la reducción de las emisiones de CO 2 ha estimulado me- didas para combatir el calentamiento glo- bal mediante la reducción de emisiones de los llamados contaminantes climáticos de vida corta, como el metano y el hollín. Mu - chas de estas medidas para reducir tales emisiones son relativamente de bajo costo y ofrecen beneficios adicionales substan - ciales; su impacto en términos climáti- cos también es relativamente inmediato: si reducimos a la mitad las emisiones de metano, entonces sus concentraciones at- mosféricas se reducirán por una cantidad similar en un par de décadas. Contraria y comparativamente, si reducimos a la mi- tad las emisiones de CO 2 , su concentra- ción atmosférica seguirá aumentando 3 y sólo se logrará que lo haga a la mitad de la velocidad con la que lo venía haciendo. Debido a que las medidas para redu- cir las emisiones de CO 2 tardan mucho en causar un impacto discernible, las medidas inmediatas para reducir las emisiones de contaminantes climáticos de vida corta son innegablemente la propuesta menos costo- sa para reducir la tasa del calentamiento global durante las próximas décadas. Pero debe subrayarse que estas medidas sólo tendrán un impacto en el calentamiento máximo si las emisiones de CO 2 se reducen drástica y simultáneamente, de manera que la temperatura comience a estabilizarse justo después del 2050 y para ello se re- quiere que las emisiones de CO 2 vayan desapareciendo desde ahora hasta anular- se en dicho año. Las emisiones de los con- taminantes climáticos de vida corta sólo se vuelven importantes en el contexto del objetivo global de la Convención Marco de la ONU a partir del momento en que las emisiones de CO 2 ya se encuentren en un declive franco e irreversible. El mito de la equivalencia con el CO 2 La confirmación de la importancia del ba - lance de carbono acumulado ha destrozado la idea de la equivalencia de emisiones de otros gases de efecto invernadero con las del CO 2 ; equivalencia ficticia que desgra - ciadamente aún se usa ampliamente en política climática y el comercio de emisio- nes. No todas las medidas para reducir las emisiones que se considerarían equivalen- tes a cierta cantidad de emisiones de CO 2 en el 2030, son realmente equivalentes. Algunas, como el secuestro y almacenaje 3 No sólo por su vida media mayor al par de siglos, sino porque el metano, por ejemplo, al reaccionar con el oxígeno atmosférico produce CO2 y agua.
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