Número 38

13 Una de las formas es la reorganización del espacio, que sin posibilidad para dar continuidad a los sistemas y las lógicas co- munitarias, irrumpe totalmente en el desa- rrollo de las capacidades, pues con la recon- figuración del uso tradicional del territorio, no solo se les desaposesiona de un espacio geográfico, sino que se les brinda un espa - cio dentro de los fines de la expansión del capital colocándoseles desde luego no pre- cisamente en una posición privilegiada. La producción social del espacio para la generación de sujetos autonómicos. Muchas poblaciones indígenas y campe- sinas han quedado vulnerables tras las transformaciones sociales y económicas que se realizan en sus territorios, propi- ciadas por la estrategia turística guber- namental, ya que este sector económico propiamente dicho ha sido mas que una alternativa de desarrollo; una forma de intervención que irrumpe en las lógicas comunitarias locales, generando contra- dicción con las nociones existentes en las poblaciones, las cuales se asemejan mas a una concepción de territorio: “como noción de uso cotidiano, hace referencia al lugar donde pasan las cosas, donde se capta lo real de manera directa, (…) en el territorio se incorporan como componentes, los conceptos de comunidad y socie- dad, volviéndose así una categoría donde procesos naturales y sociales se interpenetran”. (Coraggio 2011: 277-282) Esta visión en ninguna arista logra interceptar con la visión capitalista del territorio, donde como lo expresa Harvey (2004), un determinado espacio es visto como oportunidad de expansión geográfica y reorganización espacial para reproducir el capital, el papel que juega, es vital para la subsistencia del capitalismo. Muchas comunidades intervenidas por el turismo, como sociedades en construc- ción de una utopía alterna a este orden, tienen un arraigo distinto con el espacio que habitan y/o del cual hacen uso; éste no esta limitado a la producción económica, la lógica comunitaria, no encuentra su es- pacio en la acumulación de capital: “existe una visión diferente sobre la ganancia, ya que el resultado de las practicas sociales es la producción de valores para vivir.” (San- tiago, 2009:188) El territorio no es solo una simple de- limitación geográfica que se encuentra cargada de elementos que permiten la sub- sistencia humana, sino avanzando en la interrelación de categorías, se puede com- prender las relaciones que surgen entre los individuos y los espacios que estos produ- cen, asociando este termino básicamente a la forma en que se instrumenta ideoló- gicamente el espacio, para reproducir una determinada sociedad. El espacio tiene un sentido de configu - ración de la esfera social, al ser el primer plano de interacción; representa el inicio de la construcción misma, fundando las bases para la relación entre los agentes y fijando los principios que darán en un fu - turo la reproducción de un determinado tipo de sociedad. En busca de una configuración espacial alterna al capitalismo “El capitalismo ya no se apoya solamente sobre las empresas y el mercado, sino tam- bién sobre el espacio, convirtiéndolo en un dominador pero al mismo tiempo en domi- nado” (Lefebvre, 1974:56). Gilberto Giménez a través de su teo- ría de la geografía cultural tiene como eje central de análisis la apropiación del terri- torio, el cual define como: “el espacio apro - piado por un grupo social para asegurar su reproducción y la satisfacción de sus nece- sidades vitales, que pueden ser materiales o simbólicos” (Giménez, 2005: 8). La apropiación es construida siendo predominantemente utilitaria-funcional, o predominantemente simbólico-cultural. La primera aparece cuando se considera el territorio como mercancía generadora de renta (valor de cambio) y la segunda,

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