Número 38
12 Integrada a la teoría del desarrollo sus- tentable sus premisas buscan: la preser- vación de la naturaleza, la generación de riqueza y el desarrollo social a través de la responsabilidad intergeneracional, sin em- bargo, la sustentabilidad que plantea esta nueva modalidad turística, es una retórica de la globalización, en la que prevalecen los intereses empresariales sobre los co- munitarios, teniendo como una constante para la oferta; la exclusión social y la apro- piación de recursos locales. La realidad, llamada anteriormente; po- los de desarrollo, o actualmente; turismo de naturaleza, no es tan divergente la una de la otra, ya que se conducen bajo patro- nes muy semejantes; los destinos turísticos son homogeneizados por grupos turísticos, con la finalidad de proveer al turista los es - pacios y productos mejor enlazados con el discurso contemporáneo. En ambos casos el papel protagónico del desarrollo queda muy lejos de las po- blaciones receptoras de turismo; anterior- mente se encontraba en las trasnacionales, actualmente en Asociaciones Civiles, pero finalmente en muy pocos casos bajo las formas y condiciones de diseño y organi- zación comunitaria. La diferencia radica en la forma en que el discurso hegemónico se implanta, pues se presenta ahora tal como lo men- cionan Dachary y Arnaiz, (2009): “un mo- delo creado por los recolonizadores y sus organismos trasnacionales no bélicos –las ONG para reconquistar los pueblos aun no integrados, generando una perspec- tiva ideológica y no realista” (citado en Pérez et. al., 2011:232). Se busca convertir en guías de turistas y camareros de hote- les a todos aquellos que han producido y reproducido su territorio como espacio vital, enlazándolo culturalmente con las actividades primarias; “ofreciendo a estos, lo que se les niega cuando se trata de acti- vidades agrícolas, asistencia técnica y cré- dito.” (Monterroso y Zizumbo, 2009, citado en Pérez et. al., 2011:240). Campesinos. Fuente: www.biodiversidadla.org
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