Número 35
32 mental en la elaboración teórica del indi- genismo, y para quien la plena integración de los indígenas al capitalismo constituía la completa realización socio-histórica de sus estructuras étnicas y, en consecuencia, toda acción indigenista se justificaba en aras de alcanzar esa meta. De esta manera, la política de los Es - tados para con las etnias o pueblos indios de América Latina se ha fundamentado en el integracionismo. Sin embargo, ésta no ha sido la única corriente indigenista. El Etnopopulismo tomo su lugar a partir del desgaste del indigenismo integracionista y la necesidad de los Estados por contra - rrestar la fuerza del movimiento indígena independiente en favor de sus derechos y reivindicaciones. Esta perspectiva expresa, en sus inicios, las posiciones de los intelectuales de la pe- queña burguesía indígena y mestiza de con - traponerse al integracionismo a partir de una crítica que nunca pudo superar su con - fianza en el Estado como el eje de las trans - formaciones, y su incapacidad para recurrir al marco clasista en el análisis de las relacio- nes entre los pueblos indios y las sociedades nacionales. Esta inconsistencia metodoló - gica y política en la crítica llevó a muchos de sus principales ideólogos a procesos de cooptación por parte del Estado que, de esa manera, los incorpora a dirigir los aparatos indigenistas, o a servir como asesores para la elaboración de las nuevas políticas de “participación” o “etnodesarrollo”. El Etnopopulismo parte de una concep - ción de apoyo radical a los grupos étnicos y se representa así mismo como el autén - tico vocero de sus intereses. Otorga un va- lor absoluto a lo étnico como una esencia supra histórica anterior a las clases y a las naciones y, por tanto, sobreviviente a las mismas en el futuro. El Etnopopulismo recurre con frecuencia a la idealización de la comunidad étnica, como viviendo en armonía con la naturaleza y en el interior de sus propias estructuras, en las cuales la solidaridad y la ayuda mutua imperan. Esto ha sido muy impactante para algu - nos sectores intelectuales que a partir del etnicismo crearon hace unos años movi- mientos nativistas, que se planteaban la restauración de los preceptos y las creen- cias que se supone corresponden a la épo- ca prehispánica, introduciendo cultos, ri- tuales, indumentarias, cantos y formas de organización muy en boga entre una clase media en busca de soluciones individuales a problemáticas existenciales. Curiosamente este tipo de movimiento promovió, en el terreno de lo político, las posiciones de no participar en organismos de oposición al gobierno e, incluso, fue muy hábil para obtener ayuda estatal para muchos de sus proyectos. Partiendo de la independencia de las luchas indígenas con respecto a movimien - tos oposicionistas de los pueblos mestizos o ladinos, el Etnopopulismo plantea que la problemática de los indios no se resolverá a partir de proyectos nacionales contra he- gemónicos, sino al margen de los mismos, con el evidente propósito de dividir a los explotados en su conjunto, aislar al movi- miento indígena de las luchas populares e introducir la idea del exclusivismo étnico, el dualismo y la pasividad políticas. Paradójicamente, estas posiciones otorgan una gran importancia al papel que el Estado puede jugar en favor del proyecto etnicista, ya que nunca llega a plantearse la naturaleza anti indígena del mismo; por el contrario, se considera necesario actuar “desde el Estado” para lograr las modificaciones y los cambios pertinentes en favor de los pueblos in- dígenas, justificando de esa manera la presencia de connotados etnicistas en el gobierno como fue el caso paradigmático del antropólogo Arturo Warman. Paralela a la acción indigenista en sus diferentes modalidades, los Estados lati - noamericanos han hecho uso del genoci- dio contra los pueblos indígenas, cuando ha sido necesario para conservar su poder, no hay que olvidar que en Guatemala se siguió una política de tierra arrasada que incluyó una represión permanente por más de treinta años, la creación de grupos paramilitares entre los propios indígenas
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