Número 35
11 Considero que la sátira no está exenta de alineamiento ideológico y la que prac- ticaba el semanario francés no era la ex- cepción, lo refrendan sus deslices y em- patías implícitas con las tesis maniqueas y racistas de Samuel Huntington. Charlie Hebdo ha publicado algunas humoradas y sátiras contra el catolicismo o el ju- daísmo, pero su liviandad se hace visible frente a las que dedica a los musulmanes y jihadistas metiéndolos en un mismo saco. La veta inconoclasta de los hu- moristas de Charlie Hebdo es arbitraria y desigual. Recurrir al artilugio de una pieza de la indumentaria de los musul- manes, el turbante, tiene como propósito atribuirle las excrecencias caras a un sec- tor extremista a todas sus comunidades, nativas o migrantes es una generaliza- ción abusiva, un estereotipo hermanado al estigma que se quiere propagandizar. Una de sus portadas banaliza y caricatu- riza la masacre realizada contra una ma- nifestación pacífica antidictatorial con - vocada por los hermanos mulsumanes en Egipto. La irreverencia es un atributo del arte de caricaturizar pero también, bajo ciertas circunstancias, motivacio- nes e intereses deviene en arma ideoló- gica dirigida contra un actor, individual o colectivo. La libertad de caricaturizar se ubica en una arena presidida por el paradigma del conflicto. No es una liber - tad defendible si denigra y difama al otro cultural. Muchos de mis colegas, amigos y familiares se sorprenderían del humor islámico, el cual existe a pesar de los re- pudiables extravíos jihadistas. Comparto con ustedes unas imágenes de portada de dicho semanario para que ustedes eva- lúen sus alcances. Yo por mi parte, me sumo a las voces disidentes que dicen: Yo no soy Charlie, no puedo serlo, no debo serlo . Una fundada razón bioética pero también política me orienta a condenar el vil atentado. Razones axiológicas a fa- vor de la vida y al respeto a la diferencia etnocultural de mis prójimos sustentan mi reflexión y posición disidente. 3. Reflexiones de Año Nuevo, tocado por la brisa del 2015 Compartiré con todos ustedes una re- flexión acerca del tiempo y del año nuevo retomando algunas ideas de José Mar- tí, poeta, ensayista y combatiente de la libertad y de la identidad, no sólo de su entrañable terruño insular, sino de toda Nuestra América. Martí en la representa - ción pictórica que he elegido para ilustrar mi dicho parece decirnos: ojo al tiempo, ojo al año nuevo, ojo al camino sin perder de vista el horizonte. En la valoración moderna del tiempo destacan los calendarios, las cronologías y las fechas conmemorativas, tan presentes en los discursos políticos y religiosos, las cuales no han dejado de reproducir cierta fetichización de los días y los años, de los siglos y las épocas. Cuentan igualmente las prácticas ritualizadas del tiempo cir- cular, encapsuladas en nuestro calenda- rio lineal. La simbolización del tiempo americano realizada por Martí, debe ser vista en su original manera de ir a con- tracorriente de las estereotipadas formas
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