Número 30
9 “La migración, el éxodo del país de origen, el asilo, la estancia tempo- ral o permanente en otra nación, el exilio, el dolor de romper amarres y raíces para sentar otros y, luego, a veces, recorrer el mismo camino a la inversa para volver al punto de partida. Los desplazamientos suce- sivos, los nexos familiares rotos o debilitados, la conformación de gru- pos o colonias, de guetos, el apoyo y el rechazo de los otros, la compren- sión o la extrañeza son sólo algunos de los aspectos de la “realidad irreal del exilio” y de una serie de implica- ciones éticas. “ 9 Meyer propone como elemento dife- renciador entre los exiliados/asilados y los migrantes, radica en que los primeros salen 9 Meyer, Eugenia, Refugio a la Democracia: hacia el discurso histórico de los exilios en México”, Solo Historia (México), Nº 12, abril-junio de 2001, p.8. de su país contra su voluntad por razones políticas, mientras que los segundos, lo hacen conforme a “un precario elemento volitivo” acorde con las causas económicas que padecen sus países de origen. Se puede matizar tal aseveración, señalando que no todos los perseguidos políticos devienen en exiliados o asilados. La dolorosa expe- riencia del exilio argentino de los setenta, es la que más ha documentado la fractura o desencuentro entre los que partieron y los que se quedaron a enfrentar y/o padecer la dictadura militar. Como en este caso, exilio y resistencia no siempre se han llevado de la mano. De otro lado, también debemos matizar la caracterización de los migrantes. No todos lo son por razones económicas, aunque estas propicien y sostengan los más grandes flujos migratorios. En el fondo, las motivaciones económicas, traducen de ma- nera indirecta, la desigualdad, el poder y la violencia que ha roto el hilo entre trabajo Foto: Tomas Castelazo
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