Número 30
29 e intermediario de los agentes turísticos de índole privada y comercial. La presión del movimiento social lo- gró sacar al festival de la zona de monu- mentos y orilló a los organizadores a la construcción de un espacio destinado para dichas actividades, en el llamado Parque Temático Takilhsukut : los músicos extran- jeros, nacionales y locales presentan sus espectáculos; los totonacas, por un salario simbólico, transmiten sus conocimientos culturales y los danzantes y artistas se dis- frazan para atrapar miradas en una suerte de performance , que simula una cultura en la representación de sí misma, ante la mi- rada de quien paga por ver al indígena con sus ropajes de la colonización. Los algodones de antes, se transforman en nylon; el palo de los voladores, selec- cionado y cortado en el bosque en forma ritual, ahora es un mero tubo de metal; mientras, en una puesta en escena, las mujeres totonacas destilan aromas, curan hierbas y cocinan viandas; los niños in- dígenas, en lugar de estar en la escuela o jugando, dedican su tiempo al aprendiza- je de ser voladores; las niñas se resisten a bordar, como lo hicieron las madres y las abuelas; ahora prefieren escuchar músi - ca, soñar con ser guías de turistas, obvia- mente sin vestir el traje tradicional que el sistema dominante desprecia. Todos quie- ren aprender inglés, para hablar con los extranjeros y pretenden ir a estudiar a la capital para que nadie los menosprecie; no quieren quedarse a cuidar a sus herma- nitos pequeños, mientras las madres salen a vender sus artesanías. Quieren estudiar derecho, para enjuiciar a los padres que abandonaron a sus esposas. Los maridos, algunos custodios de la zona, otros vende- dores y muy pocos campesinos, emigran en busca incluso, de una doble jornada la- boral, obligados por las exigencias de una segunda casa, o para consumir alcohol en la fiesta, olvidando sus responsabilidades familiares y sus hijos atendidos por abue- los, cuando no por las niñas de la casa. La importancia de este trabajo radi- ca en el análisis que confronta el evento “Cumbre Tajín” con uno paralelo, de ca- rácter interno y comunitario, denominado “Festival Cultural del Totonakapan”, que va desmenuzando las acciones y reaccio- nes de todos los actores sociales, con las percepciones comunales y los frutos de
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