Número 29

29 Fin de siglo «La sangre derramada clama venganza». Y la venganza no puede engendrar sino más sangre derramada            ¿Quién soy: el guarda de mi hermano o aquel            a quien adiestraron para aceptar la muerte de los demás,            no la propia muerte? ¿A nombre de qué puedo condenar a muerte a otros por lo que son o piensan? Pero ¿cómo dejar impunes la tortura o el genocidio o el matar de hambre?             No quiero nada para mí:             sólo anhelo             lo posible imposible:             un mundo sin víctimas. Cómo lograrlo no está en mi poder; escapa a mi pequeñez, a mi pobre intento de vaciar el mar de sangre que es nuestro siglo con el cuenco trémulo de la mano Mientras escribo llega el crepúsculo cerca de mí los gritos que no han cesado             no me dejan cerrar los ojos L as obras de José Emilio Pacheco – más que sus muchos galardones – siguen gravitando como parte del legado literario mexicano y continental: Los elementos de la noche (1963); El reposo del fuego (1966); No me preguntes cómo pasa el José Emilio Pacheco (1939-2014) y Juan Gelman (1930-2014): poetas de Nuestra América tiempo (1969); Irás y no volverás (1973); Islas a la deriva (1976); Las batallas en el desierto (1981); Trabajos en el mar (1983); El silencio de la luna (1996); La edad de las tinieblas (2009); El espejo de los ecos (2012). Reprodu- cimos a continuación tres de sus poemas:

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