Número 28
28 peligros que encierra esa mala dialéctica del antagonismo por el antagonismo. La configuración política del nosotros puede gozar de amplitud de convocatoria y fuerza más allá de las particulares ads - cripciones ideológicas, étnicas o de clase, a condición de que se encuentren legítimos y aceptables ejes de vertebración unitaria. José Carlos Mariátegui reivindicó para el movimiento sindical un eje clasista y un criterio muy pragmático sobre la necesi- dad de la unidad más allá de las diferencias. «El movimiento clasista, entre nosotros, es aún muy incipiente, muy limitado, para que pensemos en fraccionarle y escindir - le. Antes de que llegue la hora, inevitable acaso, de una división, nos corresponde realizar mucha obra común, mucha labor solidaria. Tenemos que emprender juntos muchas largas jornadas. » 13 Cierre de palabras Queda claro que el nosotros es una catego- ría relacional, cohesiva e identitaria condi- cionada por sus propias coordenadas cul- turales, históricas y espaciales. El abanico del nosotros en una sociedad, nos muestra sus puntos de afinidad, pero también sus contradicciones y sus límites epocales, ge- neracionales y de otro tipo. Haber escogido explorar el nosotros en el territorio letrado, inevitablemente nos orientó al universo en que se diferencian y realizan las revistas y los periódicos y en el cual, cumplen una función relevante las diferentes categorías de intelectuales. La revista Amauta fue tejiendo un pú - blico muy amplio, aunque su valoración y memoria aparezcan vinculadas a las tradi- ciones intelectuales de izquierda en el con- tinente. En cambio, Labor dista de ser enca- sillado fácilmente en el concepto de diario obrero o de diario socialista peruano. La relectura de Labor y de sus conteni- dos, nos hacen reparar en el valor excepcio - nal que tuvieron las cartas de los lectores y adherentes obreros, las cuales subrayaron sus referentes políticos y culturales. Sin lu - 13 Mariátegui, José Carlos, Ideología y política , Lima: Empresa Edito- ra Amauta, 1969, p. 108. gar a dudas, Labor representó en su tiempo, a un nuevo tipo de periodismo, compro- metido en borrar las fronteras duras exis - tentes entre los intelectuales editores y su público obrero y popular. Impulsó un pro - ceso de transferencia de medios y voces, en aras de una nueva identidad, de un no- sotros modelado desde la heterogeneidad laboral y etnocultural. El énfasis en la or - ganización clasista de las clases subalternas de la ciudad y el campo, estuvo articulado al proyecto fundacional de la Confedera - ción General de Trabajadores del Perú. En el quincenario fueron ganando visibilidad tanto su orientación socialista como sus contenidos y tareas antiimperialistas. Se sumó a lo anterior, una clara posición an - titerrateniente y antigamonal. Desde nuestro tiempo, el nosotros al- termundista ha esgrimido una advocación parecida a la formulada por Mariátegui, aunque restringida a la amplitud y hetero- geneidad de las redes sociales, así como al intercambio de experiencias y de acciones solidarias convergentes. El nosotros alter- mundista se asemeja a la figura de un po - liedro tridimensional irregular abocado a atender las urgencias generadas por el ca- pital predador, el guerrerismo imperialista y el autoritarismo burgués, los cuales han desplomado los mitos modernos acerca de la libertad, los derechos humanos, la demo- cracia, la soberanía, el trabajo, la naturaleza y la propia vida (en todas sus formas). Bibliografía • Lenkersdorf, Carlos, Los hombres verdade- ros: voces y testimonios tojolabales , Mexico, D.F.: Siglo XXI y Universidad Nacional Autónoma de México, 1996. • Martí, José, “Nuestra América”, La Revis- ta Ilustrada , Nueva York, 10 de enero de 1891 y en: El Partido Liberal , México, 30 de enero de 1891. Incluida en el vol. 6 de sus Obras Completas . La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, Pp. 15-23. • Mariátegui, José Carlos, Ideología y políti- ca , Lima: Empresa Editora Amauta, 1969 (vol. 13 de las ediciones populares de las Obras Completas).
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