Número 27

31 Librum tremens La mina nos extermina. Manual para mejor conocer y combatir esta plaga Gustavo Castro Soto, 1 Chiapas, México: Otros Mundos AC, 2013. N ingún bien natural común obtenido bajo el Modelo Extractivista es “sustenta- ble”, “verde” o  “responsable”. Mucho menos la minería. Y es que la explo- tación de los recursos no renovables, por definición, no es sustentable. No existe un Modelo Extractivo Minero en el marco del capitalismo depreda- dor que no sea eminentemente depre- dador de los bienes comunes. En todo el Continente Americano el Modelo Extractivo Minero avanza a pasos acelerados desde la década de los ochenta bajo el esquema indus- trial de explotación de minerales, que conlleva una gigantesca transferencia de la renta y de los bienes naturales comunes de un país a las transnacio- nales mineras. La minería es el megaproyecto de mayor impacto en todos los sentidos. Desde el acaparamiento de tierras en manos de las trasnacionales; a los im- pactos en la salud, el medio ambiente, la biodiversidad, los suelos, el terri- torio, las culturas, la vivienda, entre otros impactos irreversibles. Esta ac- tividad es la responsable de asesina- tos, de la pérdida del sustento de vida de millones de personas en el mun- do, de deforestación, de sistemáticas violaciones a los derechos humanos, de guerras, de dictaduras militares y crisis climática. Aunque los minerales significan 1 Ilustraciones: Nieves Capote Figueroa; Diseño y Diagrama- ción: Nieves Capote Figueroa y Gustavo Castro Soto vida y podemos vivir sin ellos, esto no justifica un Modelo Extractivista que acaba con todo y que se mueve en la lógica de la acumulación acele- rada de la ganancia y la riqueza. Por ello, no estamos en contra de los mi- nerales y de su uso, sino en contra de un Modelo que arrasa con las posibi- lidades de sobrevivencia de la especie humana. Porque el extractivismo ha llegado a tal grado que sobrepasa la capacidad del planeta y de la biodi- versidad de poder regenerarse y re- producir la vida. No hay país en que los efectos de la actividad minera no tengan gran- des y graves consecuencias reversi- bles. Por ello se registran procesos de resistencia de muy diversos mo- vimientos sociales en todo el Conti- nente contra el saqueo de los bienes naturales comunes. En contrapartida, la embestida de las corporaciones mineras es inmensa y lanzan su estrategia de mentiras y convencimiento a la opinión pública de que son “sustentables”, “verdes”, “responsables”, que generan desa- rrollo, empleo y que luego de la ex- plotación por décadas dejan las cosas como estaban. Para ello han creado el “Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable” entre otros mecanismos para lavar su deteriora- da imagen. Aunque las resitencias emergen por todos los rincones de nuestra América, nos falta información so- bre la actividad minera. Requerimos conocer a fondo el enemigo que te- nemos frente a nosotros para poder detener este saqueo y enfrentar sus discursos; para definir estrategias de resistencia, de prevención, pero tam- bién para construir otras realidades diferentes a este Capitalismo depre- dador y al falso discurso de desarrollo de las corporaciones mineras y sus gobiernos títeres. La solución no está en que las

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