Número 25

39 Con este ejemplar de Lucha Armada en la Argentina, se cumplen nueve años desde la aparición del primer número. En total son aproximadamente tres mil páginas dedicadas casi en su totalidad a revisar críticamente el período de violencia que atravesó la sociedad argentina durante los años setenta. Hemos publicado entrevistas a antiguos militantes que en aquel entonces optaron por las armas, hemos reproducido documentos internos de las organizaciones político- militares y reflexiones de académicos argentinos y extranjeros que investigan sobre el tema. A través de Lucha Armada hemos participado en debates acerca del papel jugado por grupos que se enfrentaron con las dictaduras invocando el legítimo derecho a la rebelión, pero que también despreciaron la democracia y la voluntad mayoritaria de la sociedad expresada en las urnas. No es una tarea sencilla la nuestra porque el llamado “pasado reciente” todavía produce escozores y despierta pasiones encontradas entre quienes fueron sus protagonistas. Uno de los objetivos que nos propusimos fue desacralizar los íconos de figuras heroicas que obturaban una reflexión más profunda. Y revisar una historia que produjo miles de muertos y dejó una profunda cicatriz que todavía no está cerrada y tal vez nunca termine de cerrarse. No es fácil revisar los errores cometidos por quienes entregaron tan generosamente la vida a una Revolución que no se produjo y que, en aquellos lugares donde sí alcanzó su triunfo, sus logros se evaporaron para traer otras injusticias. Por esa razón también buscamos bajar de su templo sagrado al concepto mismo de Revolución. Eso no significa olvidar que en América latina la pobreza extrema y las aberrantes desigualdades todavía están presentes a lo largo y ancho de su geografía. Y que esa fue la causa del levantamiento en armas de varias generaciones de jóvenes que pretendían que los humildes vivieran dignamente. Y que las Fuerzas Armadas, con sus intervenciones recurrentes, fueron el instrumento clave en esa escalada de violencia que desembocó en matanzas de la población civil. Pero la hipotética Revolución no brindó una respuesta adecuada. Y los movimientos armados que se levantaron llevando su estandarte cayeron víctimas no solo de la represión, sino también de sus propios desatinos. Y de su extremada soberbia. Estamos convencidos de que discutir sobre esas épocas es fundamental. Y que es necesario hacerlo con la serenidad que debería otorgarnos el tiempo transcurrido y las experiencias históricas, más allá del dolor que produce escarbar en ese turbulento pasado. Lucha armada en la Argentina Año 9. Anuario: septiembre 2013-agosto 2014, Buenos Aires

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