Número 22

8 de pobreza producto del despojo histórico, también lo hace parte de la obligación de utilizar sus propias fuerzas y recursos para dar salida a la situación de pobreza estructural (Ugalde en Kalinsky 51). En esta realidad, el proceso salud/enfermedad/atención tie - ne la carga principal, abarcando también al territorio y los derechos políticos como parte constitutiva de la salud de un pueblo como el nuestro. La finalidad del artículo es evidenciar de qué ma - nera el Sistema de Salud Público en Chile logra incluir la “oferta intercultural” a su red asistencial, fortale - cer esta última en y aumentar su legitimidad como administradora de servicios de salud “culturalmente pertinentes”. En su contraste, la medicina mapuche y las organizaciones que la promueven autogestiva - mente van perdiendo autonomía y patrimonio cul - tural, condicionándose peligrosa y progresivamen - te por la intervención estatal sin que se resuelva el tema de los derechos políticos y territoriales que de - manda el Pueblo Mapuche. Burocratización e intervención de la salud en el territorio Desde sus inicios, el avance del sistema de salud oficial en las comunidades mapuche del sur de Chile fueron vehiculizadas por los equipos de es - taciones médico-rurales, centros de salud de baja complejidad y misiones religiosas que controlaban en tanto hábitos de higiene, orden y moral a las fa - milias mapuche. Estos atendieron sistemáticamen - te los padecimientos a partir de los dispositivos de la medicina oficial o modelo biomédico implemen- tados luego de la “Pacificación de la Araucanía” a fines del siglo XIX y en adelante con la consolida - ción del ideario de Estado nacional en las primeras décadas del siglo XX.

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