Número 22

38 montículos del valle de Tlaxomolco, tenemos al oriente, como a un kilómetro de distancia, la mon- taña del Yohualinchan 4 (casa-noche) sobre la cual es - tuvo probablemente un teocalli y que se eleva unos trescientos metros sobre el valle. El mortero y pie - dras abundan. De vez en cuando se encuentran frag - mentos de cerámica gruesa, mal cocida y tosca. Aquí suele frecuentar mucho el turismo que acampa en Camohmila pero también lo visitan otros grupos de personas que van por la vía libre. Algunos estudiosos de principios del siglo XX consideraron a esta zona como necrópolis, sin decir y comprobar a qué grupos se refieren. Lo cierto es que desde que los oriundos informaron al escribano español en 1580 el sitio ya había estado saqueado o destruido parcialmente, de ahí que lo nombraran “casa de la noche”, ya que ha - bía sido habitada y se respetaba, pero se perdía en la oscuridad de sus recuerdos. Le dieron el nombre de Yohualtécatl (Vigilante nocturno) a partir de la Revo - lución de 1910, pues fue un lugar privilegiado para 4  Yohualinchan (la casa de la noche), “Relación de la Villa de Tepuztlan”, en Dubernard Chauveau Juan, Apuntes para la Historia de Tepoztlán , Cuernavaca, talleres gráficos de impre- sores de Morelos S.A, octubre, de 1983, pp. 148-149. observar o vigilar soldados enemigos que pudieran venir de las direcciones de Oacalco o de Yautepec. Así pues, su destrucción fue por el tiempo, rodando las piedras hacia todos lados o también por ataque de grupos étnicos en pugna de aquel entonces. A la mitad de esta montaña se encuentra una sa- liente al norte, donde parece que hubo un adoratorio prehispánico y al ocultarse el sol, desde unos trescien - tos metros al oriente y unos cuarenta metros abajo, se observan dos taludes al norte y curiosamente en el centro se eleva una roca irregular como de diez metros de altura a la cual se abrazan las raíces de un árbol de amate amarillo. Esta zona, cuando la recor - taron para construir los dos carriles de la autopista, se podían encontrar, a unos cuantos centímetros de su suelo, fragmentos de cerámica que con la lluvia del temporal salían a la vista de todos. A esta zona se le conoce con el nombre de Cuahchachalli (Chachalaca- árbol), que por cierto pertenece a uno de los descen - dientes del General zapatista Marino Sánchez. Como a tres kilómetros al poniente del centro de Tlaxomolco y a unos seiscientos metros de altura, se encuentra una montaña y encima un montículo con muchas piedras desparramadas. Las hay labradas y de tezontle rojo, que a mediados del siglo XX parece Tlaxomolco. Restos arqueológicos presentes en toda la zona

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