Número 20

11 Lucha por la Vida Mauricio Valencia Escalante 1 N uestro planeta es considerado uno de tantos que pudieran existir, pero a la vez, dado que reúne condiciones excepcionales para la creación y pro - creación de vida, cuenta con una distancia idónea de su estrella mayor que le permite un ambiente térmi - co y luminiscente que promueve la supervivencia de micro y macroorganismos mediante una atmósfera capaz de mantener condiciones de sustentabilidad en términos de concepción y retroalimentación de los procesos vitales, entre otros más en los cuales no se pretende profundizar en este escrito. Sin embar - go, es importante resaltar las condiciones privilegia - das en las que nos encontramos, al formar parte de un sistema maravillosamente complejo de genera - ción de vida. 1  Las fotografías anexas son cortesía de Paul Hersch, Fernando Sánchez y Mauricio Valencia. Por otro lado, el ser humano, en un inicio especie integrada y supeditada a la interacción de los elemen- tos naturales de nuestro planeta, fue transformando su entorno gradualmente para crear su propios espa- cios, ya menos dependiente de las contingencias de la naturaleza. Entre estas transformaciones cultura - les se encuentra la evolución de las formas y modos de apropiación de alimentos y materias primas que le sirven para satisfacer sus necesidades, desde la simple recolección hasta la producción y explotación de materiales, siendo una de ellas la explotación mi - nera, particularmente de materiales preciosos, que hasta hace poco menos de medio siglo consistía en la extracción por medios subterráneos, sin afectaciones importantes al ambiente; no obstante, actualmente existen técnicas devastadoras como la denominada “a cielo abierto” que degrada el sistema ecológico a límites de muerte y destrucción. Sin ahondar en las consideraciones técnicas del proceso minero a cielo abierto, este escrito pretende

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